Добавил:
Upload Опубликованный материал нарушает ваши авторские права? Сообщите нам.
Вуз: Предмет: Файл:
John Grisham - El testamento.doc
Скачиваний:
6
Добавлен:
12.11.2019
Размер:
1.64 Mб
Скачать

Intervenían en todas las peleas, siempre de parte de los Phelan y contra los reporteros. Después ayudaban a los

afligidos herederos y a sus abogados a bajar por la escalera, cruzar el vestíbulo y abandonar el edificio.

El abogado Grit, que representaba a Mary Ross Phelan Jackman, se quedó pasmado al ver tantos

periodistas. Al recordar la primera enmienda a la Constitución de Estados Unidos o, por lo menos, los

rudimentarios conocimientos que él tenía de ella, se sintió obligado a hablar con toda sinceridad. Rodeando con

el brazo a su desolada cliente, expuso a los periodistas su primera reacción ante aquel testamento inesperado.

Era con toda evidencia la obra de un demente, dijo. ¿De qué otro modo podía explicarse la cesión de una fortuna

tan inmensa a una heredera desconocida? Su cliente adoraba a su padre, lo amaba profundamente y le

reverenciaba. Mientras Grit seguía largando sobre el increíble amor que unía a padre e hija, Mary Ross captó

finalmente la insinuación y se echó a llorar. El propio Grit parecía al borde de las lágrimas.

Sí, lucharían. Presentarían batalla contra aquella grave injusticia ante el Tribunal Supremo de Estados

Unidos. ¿Por qué? Porque aquélla no era la obra del Troy Phelan que ellos conocían. Él era bueno y amaba a sus

hijos tanto como éstos lo amaban a él. Estaban unidos por un vínculo increíble, forjado en medio de la tragedia y

las penalidades. Lucharían, porque cuando su amado padre había garabateado aquel horrible documento, no

estaba en sus cabales.

Josh Stafford no tenía ninguna prisa en marcharse. Habló pausadamente con Hark Gettys y algunos

abogados de las otras mesas. Prometió enviarles copias del terrible testamento. El trato fue inicialmente cordial,

pero las hostilidades no tardarían en aparecer. Un reportero del Post a quien él conocía estaba aguardándolo en

el vestíbulo. Josh se pasó diez minutos conversando con él sin decirle nada. Rachel Lane era un personaje de

particular interés; tanto su historia como su paradero. Las preguntas eran muchas, pero Josh no tenía respuestas.

Estaba seguro de que Nate la localizaría antes que nadie.

La noticia se propagó. Desde la sala de justicia llegó a las ondas de los últimos artilugios de las

telecomunicaciones y el hardware de la alta tecnología. Los reporteros utilizaban los teléfonos móviles, los

ordenadores portátiles y los buscapersonas, hablando sin pensar.

Los principales canales empezaron a divulgar la noticia cada veinte minutos una vez finalizada la sesión

y, una hora después, la primera cadena que emitía telediarios durante las veinticuatro horas del día, interrumpió

la serie de noticias repetidas para conectar en directo con una reportera, hablando ante las cámaras a las puertas

del palacio de justicia.

—Noticia sorprendente desde aquí... —empezó la reportera, soltando un relato de la historia, en buena

parte fidedigno.

Sentado al fondo de la sala se hallaba Pat Solomon, la última persona seleccionada por Troy Phelan para

dirigir el Grupo Phelan. Había sido director general durante seis años, un período muy tranquilo y provechoso.

Solomon abandonó el palacio de justicia sin que ningún reportero lo reconociera. Mientras se alejaba de

allí, sentado en el asiento posterior de su limusina, trató de analizar la última bomba de Troy. Ésta no le había

causado la menor extrañeza. Tras dos décadas de trabajos para Troy, ya estaba curado de espantos. La reacción

de sus estúpidos hijos y de sus abogados era consoladora. En cierta ocasión, a Solomon se le había encargado la

Соседние файлы в предмете [НЕСОРТИРОВАННОЕ]