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23 - Carpe Yugulum - Terry Pratchett - tetelx -...doc
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07.09.2019
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Igor se encogió de hombros.

—Ussted gana algunoss, ussted pierde algunoss —dijo—. El viejo amo esstaba acosstumbrado a esso: ‘Igor, el día en que loss vampiross ganen todo el tiempo, ess el día en que sseremos derrotadoss máss allá del regresso’. La verdad ess que sse molesstó cuando lass perssonas le robaron lass mediass. Dijo, ‘Mierda, eran de sseda, diess dólaress el par en Ankh-Morpork’.

—Y probablemente gastó mucho dinero en papel secante, también —dijo Tata. Otra alacena reveló un estante de estacas, con un mazo y un simple diagrama anatómico con una X sobre el área del corazón.

—El mapa fue idea mía, Sseñora Ogg —dijo Igor orgulloso—. El viejo amo sse hartó de perssonass que ssólo martillaban la esstaca en cualquier lugar. Él dessía que no le importaba morir, era cassi un desscansso, pero sse oponía a versse como un colador.

—Usted es un tipo brillante, ¿verdad, Igor? —dijo Tata.

Igor sonrió radiante.

—Tengo un buen sserebro en mi cabessa.

—Lo eligió usted mismo, ¿verdad? No, solamente bromeaba. Usted no puede hacer cerebros.

—Tengo un primo disstante en la Universsidad Invissible, ssabe.

—¿De veras? ¿Qué hace allí?

—Flota en un pote —dijo Igor orgulloso—. ¿Quiere que le muesstre el ssótano del agua bendita? El viejo amo reunió una muy buena colecssión.

—¿Perdone? ¿Un vampiro coleccionaba agua bendita? —dijo Magrat.

—Creo que estoy empezando a comprender —dijo Tata—. Era deportista, ¿correcto?

—¡Ecssactamente!

—Y un buen deportista siempre le da una honesta oportunidad a la valiente presa —dijo Tata—. Incluso si implica tener un sótano de Chateau Nerf del Papa. Suena un pájaro inteligente, su viejo muchacho. No como este nuevo. Él es sólo inteligente.

—No te sigo —dijo Magrat.

—Ser matado es nada para un vampiro —dijo Tata—. Ellos siempre encuentran una manera de volver. Todos lo saben, quien sabe algo sobre los vampiros. Si no son demasiado difíciles de matar y es toda una aventura para las personas, bien, no como cuando sólo les clavan una estaca, o los tiran al río y se van a casa. Entonces tiene un buen descanso de una década o algo así, muerto, y regresa de la tumba y allá va otra vez. De ese modo nunca queda totalmente borrado y los muchachos del pueblo tienen un poco de ejercicio saludable.

—Los Magpyr nos perseguirán —dijo Magrat, abrazando a la bebé—. Verán que no estamos en Lancre y sabrán que no podíamos habernos ido a las llanuras. Encontrarán el coche destrozado, también. Nos encontrarán, Tata.

Tata miró la selección de potes y botellas, y las estacas prolijamente ordenadas por orden de tamaño.

—Les tomará un ratito —dijo—. Tenemos tiempo para... prepararnos.

Dio media vuelta con una botella de agua bendita en una mano, una ballesta cargada con una flecha de madera y una bolsa de limones mustios en la boca.

—Eg too lo e igo —dijo.

—¿Perdona? —dijo Magrat.

Tata escupió los limones.

—Ahora probaremos las cosas a mi manera —dijo—. No soy buena pensando como Yaya pero soy puñeteramente muy buena actuando como yo. La cabezología es para ellos que pueden manejarla. Vamos a patear algún murciélago.

El viento gemía a través de los páramos al borde de Lancre, y siseaba en el brezo.

Alrededor de unos viejos montículos, medio enterrado en las zarzas, sacudió las ramas mojadas de un espinoso árbol solo, e hizo trizas el humo que trepaba a través de las raíces.

Se escuchó un grito solo.

Por debajo, los Nac mac Feegle estaban haciendo todo lo posible, pero fuerza no es lo mismo que peso y masa e incluso con los duendes colgando de cada miembro y la misma Gran Aggie sentada sobre el pecho de Verence era todavía difícil de controlar.

—¿Creo que tal vez la bebida era un pequeñito demasiado pesada? —dijo el hombre de Gran Aggie, mirando los ojos inyectados de sangre y la boca echando espuma de Verence—. Estoy diciendo, tal vez era un error darle cincuenta veces más de lo que nosotros tomamos. No está acostumbrado...

Gran Aggie se encogió de hombros.

En la esquina opuesta de la carretilla media docena de duendes venían retrocediendo por el agujero que habían abierto a la siguiente cámara, arrastrando una espada. Para ser de bronce, estaba muy bien conservada —los antiguos jefes de Lancre contaban con ser enterrados con sus armas para luchar contra sus enemigos en el siguiente mundo, y ya que no te convertías en jefe del antiguo Lancre sin enviar una gran cantidad de enemigos al siguiente mundo, les gustaba tener armas que pudieran confiar que durarían.

Bajo la dirección del viejo duende, la manipularon hábilmente al alcance de la temblorosa mano de Verence.

—¿Están ustedes listos? —dijo el hombre de Gran Aggie—. ¡Uno! ¡Dos! ¡Tres!

Los Feegle saltaron en todas direcciones. Verence se puso de pie casi verticalmente, rebotó contra el techo, agarró la espada, tajó locamente hasta que hizo un agujero al mundo exterior, y escapó en la noche.

Los duendes apiñados alrededor de las paredes de la carretilla giraron sus ojos hacia su Kelda.

Gran Aggie asintió.

—Gran Aggie dice que será mejor que ustedes vean que no sufra daño —dijo el duende viejo.

Mil pequeñas armas pero muy afiladas se agitaron en el aire lleno de humo.

—¡Cabrones!

—¡Los mataremos!

—¡Nac mac Feegle!

Unos segundos después la cámara estaba vacía.

* * *

Tata cruzaba el salón principal del castillo, cargada con estacas, y paró en seco.

—¿Qué diablos es esa cosa? —dijo—. ¡Ocupa toda una pared entera!

—Oh, ésse era el orgullo y plasser del viejo Conde —dijo Igor—. Él no era muy moderno, ssiempre lo dessía, pero el Ssiglo del Murssiélago Frugívoro tenía ssuss compenssassioness. Algunass vesses jugaba con él por horass enterass...

Era un órgano, o posiblemente lo que un órgano esperaba ser cuando creciera, porque dominaba la inmensa habitación. Amante de la música hasta la médula, Tata no pudo evitar acercarse trotando para inspeccionarlo. Era negro, sus tubos estaban enmarcados y encerrados en intrincados calados de ébano, con botones y teclado hechos de elefante muerto.

—¿Cómo funciona? —dijo.

—Con poder del agua —dijo Igor orgulloso—. Hay un río ssubterráneo. Hissieron éste esspessialmente ssobre un disseño del propio amo...

Tata corrió los dedos sobre una lámina de latón atornillada encima del teclado.

Decía: ‘ESCUCHAR A LAS CRIATURAS DE LA NOCHE... QUÉ MARAVILLOSA MÚSICA HACEN. Manuf. por Bergholt Stuttley Johnson, Ankh-Morpork.'

—Es un Johnson —susurró—. No he puesto mis manos sobre un Johnson por años... —Miró desde más cerca—. ¿Qué es esto? ¿‘Grito 1’? ¿‘Trueno 14’? ¿‘Aullido de lobo 5’? ¡Hay todo un juego de botones marcados ‘Pisos chirriantes’! ¡Usted no puede tocar música sobre esta cosa!

—Oh, ssí. Pero el viejo amo esstaba máss interessado en... loss efectoss.

Todavía había una hoja de música cubierta de polvo sobre el pie, que alguien había estado llenando cuidadosamente, con muchas tachaduras.

—‘El Regreso De La Novia De La Venganza Del Hijo De Conde Magpyr’ —leyó Tata en voz alta, notando que ‘Desde 20,000 brazas (?)’ había sido escrito posteriormente y luego tachado—. ‘Sonata Para Tormenta, Trampillas Y Mujeres Jóvenes En Ropa Escasa’. Un poco artista también, entonces, su viejo amo.

—De una... manera esspessial —dijo Igor con nostalgia.

Tata caminó hacia atrás.

—Magrat va a estar segura, ¿verdad? —dijo, recogiendo las estacas otra vez.

—Ess una puerta a prueba de turbass —dijo Igor—. Y Ssobrass ess nueve-treinta-y-ocho Rottweiler.

—¿Qué partes, como tema de interés?

—Dos patas, una oreja, un montón de tripass y la mandíbula inferior —dijo Igor inmediatamente mientras salían deprisa otra vez.

—Sí, pero tiene un cerebro de spaniel —dijo Tata.

—Esstá en loss huessoss —dijo Igor—. Ssujeta gente con ssuss mandíbulass y loss muerde y less mueve lass colass.

—¿Les mueve las colas a las personas hasta matarlas?

—Algunass vessess lass ahoga con la baba —dijo Igor.

Los tejados de Escrow se destacaron de la oscuridad mientras los vampiros volaban más bajo. Algunas ventanas brillaban con la luz de alguna vela cuando los pies de Agnes tocaron el suelo.

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