Добавил:
Upload Опубликованный материал нарушает ваши авторские права? Сообщите нам.
Вуз: Предмет: Файл:
libro_print_22.doc
Скачиваний:
11
Добавлен:
09.11.2019
Размер:
5 Mб
Скачать

¡Basta de recuerdos!

crear …………………….. gratificador ……………………..

sombra, f …………………….. apoyo, m ……………………..

alcanzar …………………….. porvenir, m ……………………..

reflexionar …………………….. fracaso, m ……………………..

pelearse …………………….. prejuicioso ……………………..

evitar …………………….. médula, f ……………………..

sumiso …………………….. aspiración, f ……………………..

El cuento a continuación narra los pensamientos de Susana Yamasaki González, una mujer peruana-japonesa de 33 años. Susana es secretaria y los fines de semana trabaja como un guía de turismo en Lima. Está divorciada y ha tenido que criar a sus hijos sin su esposo.

(1) Susana escuchó el despertador y lo apagó aunque ya llevaba tiempo despierta pensando en Édgar. Cuando su esposo dormía con ella, era él quien apagaba el aparato y luego la despertaba suavemente. Pensar en Édgar en este momento tan temprano era una manera mala de comenzar el día. “¡Basta!, - se dijo Susana a sí misma. – No tiene sentido seguir viviendo en el pasado, imaginándome la familia perfecta que Édgar no quiso crear conmigo. ¡Basta de recuerdos!

(2) Su vida había cambiado mucho desde los días felices de su matrimonio cuando todavía no existía la sombra de divorcio. Ahora tenía dos empleos porque uno solo no le alcanzaba para tantos gastos. El cambio más importante, sin embargo, era tener dos hijos que cuidar. Los padres de Susana le ayudaban con la crianza de Armando y Andrés. “Mis hijos, - pensó Susana, - tiene abuelos tan buenos como el pan, pero la obligación, la responsabilidad de criar a esos niños era sobre ella.”

(3) Le gustaba despertarse temprano, mucho antes que Armando y Andrés, así tenía tiempo para reflexionar en silencio. Sus padres siempre se levantaban con los primeros rayos de sol, aún los fines de semana. Era increíble lo callados que eran los dos. Quizás también ellos disfrutaban de la calma de la mañana cuando todavía no había empezado el ruido: ¡el ciclón de los niños! Armando tenía trece años y Andrés nueve, pero cuando estaban juntos no había diferencia de edad: jugaban, se peleaban y gritaban como chicos al fin.

(4) Hoy, sábado, Susana tenía planes para divertirse: se tomaría libre la mañana del trabajo para ocuparse un poco de sí misma, ¡ya era hora! Iría a la peluquería y luego haría algunas compras. Compraría un vestido o una blusa de color alegre. En realidad, no quería estar aquí, acostada en este cuarto oscuro, recordando el pasado, tratando de visualizar el futuro, pero no podía evitarlo. Llegaban a su mente imágenes vívidas de su juventud y visiones del porvenir. Lo más gratificador de estos momentos era imaginarse a sus hijos de adultos: dos hombres a su lado, dándole amor y apoyo, - el amor y el apoyo que su esposo no tuvo el valor de darle.

(5) ¿Qué los separó? ¿Qué factores se convirtieron a Susana y a Édgar en dos extraños? Eran demasiado jóvenes cuando se casaron, casi no se conocían. Después, cuando por primera vez hablaron del divorcio, Susana pensó que ella tenía la culpa de este fracaso porque no pudo ser la esposa ideal tradicional que él buscaba. Luego trató de encontrar razones que explicaran la conducta de Édgar: se preguntó si tal vez la causa fuera la diferencia de razas y culturas entre ellos. El era peruano y ella, pues ella se sentía peruana de corazón pero sus raíces estaban en una isla asiática lejana. Susana había nacido en Lima de padres japoneses y había crecido en un hogar donde se hablaba dos lenguas y donde las costumbres japonesas convivían con las peruanas. La suya era una casa bilingüe, bicultural, donde un día se comía sushi o sopa misutaki y otro día aji de gallina o cebiche. Era una casa en la que nunca se cuestionaba el valor de las dos culturas. Y esa familia no era la excepción: había muchos hogares como el de los Yamasaki en Perú, ¿no? La diferencia de culturas no fue la causa del fracaso de este matrimonio. Édgar no era un hombre racista ni prejuicioso, sino un hombre típico: macho hasta la médula.

(6) “¡Qué tontas somos a veces las mujeres!”, pensó Susana. “La sociedad nos enseña a ser dependientes, aplaude a nuestro sentimentalismo desde que somos niñas: mientras más sentimentales, más femeninas, mientras más tontas y calladas, más atractivas. Y lo aceptamos todo, sonriendo. Quizás aquel amor que ella sentía por su esposo era - solo necesidad, - necesidad de estar casada, de cumplir con las normas de la sociedad.

(7) Pero Susana no supo ser ni sentimental ni callada, no pudo cumplir. Ella quería trabajar, soñaba con tener su propia agencia de viajes. Édgar, en cambio, quería una esposa sumisa, cocinera, ama de casa, una madre para sus hijos. Quería a una mujer sin aspiraciones, sin identidad propia. Cuando él se dio cuenta de que Susana nunca sería esa mujer estereotípica, se fue. Un día desapareció y ella tuvo que enfrentarse a la vida sola, madre ya de un niño y en espera de otro. Édgar regresó mucho tiempo después para pedirle el divorcio y desaparecer definitivamente.

(8) “¡Basta ya de recuerdos!”, se dijo Susana a sí misma. “Es hora de comenzar el día.” Salió de su cuarto y fue directamente a la de Armando y Andrés. Hoy pasaría el día con ellos. Sus planes personales tendrían que esperar. Despertó a sus hijos con un beso y pensó: “Ustedes no son tan machistas.”

  1. Прослушай текст. Определи номера абзацов в соответствии с их основной мыслью:

(…) Los planes diarios de Susana y sus pensamientos en el futuro.

(…) Un nuevo día espera a toda la familia.

(…) Una mañana desagradable de Susana.

(…) Los chicos nunca dejan de ser chicos.

(...) El apoyo de los padres en la tarea de cuidar a los niños.

(…) Los estereotipos de la sociedad sobre una mujer típica.

(…) Los factores pro y contra el divorcio.

(…) La visión ideal de sí misma de Susana.

В. Выдели маркером глаголы в pretérito imperfecto и проанализируй их употребление.

13. Прочти и пeреведи текст. Выполни послетекстовые упражнения:

Соседние файлы в предмете [НЕСОРТИРОВАННОЕ]