Turkmenia

Turkmenia es el pais de desiertos, de arena, estepas secas y oasis muy raros que se encuentran en las llanuras de los ríos en el sur y zonas premontanosas de Kopet Dac.

Hasta los finales del siglo XX en Turkmenia se conservaba la división en tribus encabezados por los feodales que oprimían cruelmente a sus compatriotas. La lucha de la independencia de los estados vecinos Irán, Bucara y Quiva duró siglos. Anección de Turkmenia a Rusia puso el fin a las guerras feodales e intestinas, pero para la gente local no se cambió nada.

Los ricos locales tenían en propiedad toda la tierra irregada que era fertil. A ellos pertenecían los rebanos. Los turkmenos tenían 2 formas de actividad: ganadería y agricultura. Lo que dominaba dependía de las condiciones donde habitaba el grupo.

Los turkmenos ganaderos llevaban la vida nomada, el 80% de las cabezas constituían las ovejas y los camellos. Por invierno y primavera el ganado se pastoreaba al aldo de las hondonadas, aljibes artificiales llenos de agua. Cuando se acababa el agua en este poso se trasladaban con el ganado a las arenas al desierto donde había fosos. Construcción y mantenimiento de los fosos podían pagar sólo los ganaderos ricos. Los pastos se consideraban bienes de abolengo, pero en realidad el dueño de toda tierra de 10-20 km por diámetro del poso era dueño del ... .

La base de cultivo en campos era una red de irregación bien complicada, criada y mantenida por el trabajo pesado de varias generaciones. La comunidad era dueña de la tierra y el agua. Uno a 2 veces al año las tierras irrepadas se destribuían entre miembros casados de la comunidad. En varias regiones existe herencia de la tierra, a pesar de que estaba prohibida, la tierra local la vendían y compraban. Los jefes del tribu usurpaban la tierra comunal y la convertían en la propiedad privada.

Los turkmenos cultivaban: el trigo de invierno, cebada, sorgo, oleo, en las aldeas habían pequeños vinedos. Los huertos se encontraban muy rara vez. A finales del siglo XIX – a principios del siglo XX aumenta la producción de algodón, pero los aparejos de labranza y los metod agrotécnicos siguen siendo iguales durante últimos mil o mil quinientos años. Cerca de los campos se encontraban las aldeas (аулы) que formaban las casas construidas de arcilla, de ladrillo crudo o de junco dado arcilla. Donde el río Amurdaria las viviendas de los turkmenos eran idénticas a los usbecos. En otros regiones tenían los aspectos de pequeñas fincas – fortalezas. En las costas de Caspio los pescadores construían las casas en pilotes.

La yurta

Muy a menudo cerca de las casas en las aldeas se encontraban las yurtas. Los ganaderos y agricultores vivían en las yurtas todo el año. La construcción es igual, idéntica como en otros paises asiáticos, pero la diferencia consiste en la decoración exterior: se cubrían con las esteras de junco.

Como se dividía por dentro la yurta? En la parte central al aldo de la pared, enfrente a la entrada y la parte izquierda pertenecía al hombre (al dueño), al lado derecho de la puerta – una parte más comoda, con utensillos, es la parte femenina. Hasta los principios del siglo XX el .... predominaba de 10-20 personas la cual incorporaban las familias menores la de los padres, la de los hermanos, etc. Si eran pobres todos vivían juntos, al mayor de edad se obedecían todos sin discutir. El regia de los bienes útiles y destino de los miembros de la familia. La mujer casada fue que cuidar el ganado, traer agua, construir y deshacer yurta, abatanar los fieltros, coser vestido, cuidar a los niños.

En la casa del marido, en la presencia de los mayores la mujer podía hablar de voz baja, no podía alejarse de la casa sin ser acompanada por marido o por la mujer mayor de edad. No tenía derecho ser dueña de la tierra. La viuda si se iba de la casa del marido fallecido perdía todos los niños. De nueve años la niña se consideraba novia, porque se casaba a la edad de 12-14 años, y su padre, tío, hermano mayor recibía el rescate bastante grande. Desde los 7 años ayudaba a su madre hacer los asuntos domésticos.

Las alfombras

El arte más importante de los turkmenos era producción de tapices (tejeduría). Era artesanado sólo femenino, las alfombras que producían tenían alto nivel artístico. Además de alfombras se hacían sacos, bolsas que servían para la decoración del interior. Y los camellos los decoraban con alfombras. Por pura casualidad estas alfombras turkmenas se conocen en muchos paises de Sur, Asia y Africa como las de Bucara. Es que por desgracia se conocía no por lugar de la producción sino por lugar de vendeja (venta).

Para estas alfombras es típica altísima espesura: en un metro cuadrado se encuentran varias miles de nudos. Las alfombras tienen el dibujo geométrico siempre, la composición bien clara con el fondo central y la orla donde predominaban matices del rojo en combinación con azul, negro y blanco.

A cada tribu grande era típico el dibujo geométrico. La figura central grande que se repite en la alfombra se puede percibir como el emblema de tribu. Con el incremento de la demanda a fines del siglo XIX la tejeduría se convierte en la industría mano facturera (de la producción casera primitiva).

Las artesanías eran más desarrolladas porque el artesanado se combinaba con agricultura y ganadería, si se producía algo por encargo, siempre de material de encargador. Y algunos tribus se especializaban en la producción de algunos agrículos, sillas, vajilla de arcia, elementos de la yurta. El único artesanado que llegó a ser de alto nivel era joyeriá. Las joyas turkmenas eran diferentes a las demás de Asia Central. Joyas típicas se consistían de un colgante de plata, con dibujo dorado y adornado con cornalinas. Por forma de las joyas se puede distinguir la región donde se producía.

El traje nacional tenía peculiaridades típicas para el tribu al que pertenecía.

La cultura de los turkmenos era oral, literatura oral y musical, no conocían teatros, no tenían su lenguaje cultural. De cada 1000 sólo 7 hombres sabían leer. Tenían los narradores que pasando de un poso donde se concentraba la vida de aldea al otro contaba sus canciones, poemas, leyendas y en cada obra se sentía su queja a la pobreza, al trabajo pesado y a la vida sin esperanza. En las canciones de estos narradores se citaban las poesías de los poetas de los siglos XVII – XIX.