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2.3 Sector secundario

2.3.1 Principales sectores industriales

La industria española ha seguido un importante proceso de selección sectorial. Así, los subsectores tradicionales, maduros y menos competitivos, propios del primer despegue industrial, se encuentran hoy en declive. En la actualidad, la industria española presenta cierta especialización en tres ramas principales: automovilística, química y agroalimentaria.

  • La industria automovilística. España es uno de los principales productores de vehículos, no solo de Europa sino también del mundo. Uno de los rasgos más característicos de este subsector es la hegemonía del capital exterior, a través de la progresiva penetración de grandes empresas multinacionales, tanto de origen europeo como estadounidense. Esta situación coloca esta rama de actividad en una situación crítica ante los nuevos procesos de deslocalización ligados a la globalización de la economía.

  • Las industrias químicas tanto básicas – papeleras, fábricas de neumáticos, tejidos especiales, etc. –, como de transformación farmacéutica o cosmética, también se caracterizan por una fuerte presencia del capital foráneo y una excesiva atomización.

  • En las industrias agroalimentarias (vinos, conservas, lácteos, embutidos) el minifundismo es la nota dominante; sin embargo, en los últimos años se tiende hacia la concentración. Pese a la presencia de empresas multinacionales extranjeras (Nestlé, Coca-Cola, Unilever o Danone, entre otros), en este proceso están teniendo un fuerte protagonismo otros grupos con mayoría de capital nacional (como Ebro Agrícolas, Campofrío, Puleva, Leche Pascual o Pescanova).

En los últimos años, están empezando a desarrollarse otros subsectores ligados a las nuevas tecnologías, que, a su vez, están modificando los sistemas de producción. Entre ellos se encuentran la informática, la telemática, las telecomunicaciones, la microelectrónica, la automatización, la robótica, los nuevos materiales, la biotecnología, las nuevas energías, la ingeniería ambiental; todos ellos requieren altas inversiones en investigación y desarrollo y mano de obra muy cualificada.

2.3.2 Los espacios industriales

Desde el punto de vista del mayor o menor grado de desarrollo industrial, se pueden diferenciar tres grandes categorías de espacios: ejes más dinámicos, áreas en reestructuración y áreas de menor desarrollo industrial.

Ejes más dinámicos

  • El arco mediterráneo es el que mejor responde al concepto de eje de desarrollo, ya que presenta zonas densamente pobladas, con un sistema de ciudades ordenado y una estructura económica que complementa bien a la industria. Esta se halla muy diversificada en diferentes sectores: materiales de transporte, muebles, alimentos, materiales de construcción, etc. Presenta una distribución espacial desigual con un eje fundamental en Barcelona y su zona de influencia, y el área metropolitana de la ciudad de Valencia.

  • El valle del Ebro, que se extiende por la C. F. de Navarra, La Rioja y Aragón. Se caracteriza por un sistema espacial fuertemente desequilibrado. Así, el noroeste de Navarra se ha beneficiado de la difusión industrial desde Guipúzcoa. Por su parte, Aragón padece una excesiva polarización en Zaragoza.

  • Comunidad de Madrid. Es, tras Cataluña, la segunda Comunidad por su contribución industrial. El flujo de intercambios con el resto del territorio es muy intenso por su condición de subcentro europeo, tendiendo a especializarse en sectores estratégicos de alta tecnología y como centro de decisión nacional. Además, induce el desarrollo industrial en las Comunidades vecinas a lo largo de los principales ejes de comunicación, generando mallas y corredores industriales, como es el caso del corredor del Henares.

Áreas en reestructuración

Incluye toda la cornisa cantábrico-atlántica, donde la industria tradicional se halla en retroceso debido a la crisis de los subsectores en los que estaba especializada: la siderurgia y metalurgia pesadas, la minería y transformados metálicos, en el caso del País Vasco, Cantabria y el Principado de Asturias; y la industria de la construcción naval y derivados de la pesca en Galicia.

En estas regiones el proceso de reindustrialización está siendo difícil, ya que su alto grado de especialización en determinados sectores obsoletos no facilita la implantación de actividades alternativas y, además, dificulta la movilidad sectorial de los trabajadores.

Áreas de menor desarrollo industrial

Incluye Castilla y León, Castilla-La Mancha, Andalucía, Extremadura y los archipiélagos balear y canario. Son Comunidades especializadas en otros campos de la economía propios del sector primario y terciario. Sin embargo, eso no quiere decir que no existan polos industriales importantes.

En Castilla y León destacan el eje Valladolid-Palencia y los núcleos de Burgos y Miranda de Ebro. Castilla-La Mancha, Guadalajara y La Sagra toledana son un ejemplo de la expansión de Madrid, mientras que la zona oriental de Albacete está ligada al eje mediterráneo.

En Andalucía, existen localizaciones industriales relevantes en Sevilla, Huelva, Cádiz y Málaga, entre otras, que la sitúan como la cuarta Comunidad en producción industrial. Su potencial dinamismo podría suponer la prolongación del eje mediterráneo por la costa andaluza.

La fuerte especialización en el turismo deja a Canarias y Baleares fuera de los posibles ejes industriales.