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Torres Naharro

Nació en Extremadura (Torre de Miguel Sexmero). Estuvo preso en Argel y más tarde marchó a Italia, donde se hizo sacerdote. Algunas de sus obras fueron representadas en la corte papal de León X.

Las reglas de Propalladia - las ocho comedias que escribió fueron reunidas en un volumen que tituló “Propalladia” (Nápoles 1517), cuyo prólogo contiene la primera teoría dramática que registra la historia literaria española. Basándose en Horacio, establece varias reglas: la obra ha de tener un desenlace feliz, debe constar de cinco jornadas o actos, ha de estar sometida a una reflexiva ponderación (зважування) que evite toda impropiedad, etc.

Las ocho comedias - sus propias obras, que no siempre se ajustan a estas normas, constan de un “introito” (вступ), una exposición del argumento y cinco actos, enoctosílabos. Las dividen dos grupos: “a noticia” - o sea tomada de la realidad -, y “a fantasía” - o creadas por la imaginación -. Las primeras son una especie de entremeses costumbristas, en los que apenas hay acción. Así, Sodadesca (diálogos entresoldados) y Tinelleria (en la que se representa la vida de los criados en el tinelo de un cardenal). Las comedias “a noticia”, ofrecen una estructura muy simple; pero la viva animación del dialogo (en el que se emplean diversas lenguas: castellano, valenciano, italiano, francés, latín macacarronico) y los abigarrados colores de sus escenas costumbristas les prestan una gracia pintoresca no desprovista de originalidad.

Las piezas “a fantasía” integran el primer grupo de comedias del teatro español en el que se advierte el desarrollo de una intriga. En ellas son frecuentes las situaciones patéticas, los efectismos dramáticos, y un ambiente novelesco que les convierte en un lejano precedente del teatro español del siglo XVII. Desarrollan una sencilla intriga novelesca. Himenea, la mejor construida, puede considerarse como un precedente de las comedias de capa y espada. Las restantes comedias se titulan Trofea, Jacinta, Serafina, Aquilana y Calamita. Escribió también un Diálogo del Nacimiento siguiendo la técnica de Juan del Encina.

Caracteres de su teatro: Aun sin dejar de hallarse conectada con la tradición del teatro medieval, la obra de Torres Naharro responde preferentemente - por lo menos en su espíritu - al ambiente cultural del Renacimiento; así se advierte en las abundantes alusiones satíricas de tipo anticlerical, en el desenfadado con que se plantean algunas situaciones en la alegre solución que se da a todos los conflictos. En conjunto, las innovaciones de Torres Naharro en la evolución del teatro se podrían cifrar en lo siguiente: una mayor regularidad en la estructura dramática, aparición de los personajes (soldados, frailes, damas, príncipes) que vienen a asomarse a los pastores de Juan del Encina, complicación de la trama en piezas que anuncian la posterior comedia urbana de amor y de celos, observación realista de costumbres y caracteres, y gracioso desenfado (легкість) en el empleo del dialogo.

-Teatro humanista: surgió como ejercicio retórico en las universidades para practicar el latín, da lugar a una amplia variedad de tragedias de clara inspiración clásica, cuyos asuntos a menudo proceden de la historia nacional. El entusiasmo por la cultura grecolatina dio lugar, en el reinado de Carlos V, a la aparición de un teatro humanístico en prosa, integrado por traducciones o refundiciones de comedias y tragedias clásicas y destinado, más que a la representación ante un amplio auditorio, a la lectura de unos pocos. Esta orientación se desarrolló notablemente en la época de Felipe II y desapareció al crear Lope de Vega una más amplia fórmula dramática que, por estar de acuerdo con el sentir estético nacional, obtuvo un profundo éxito popular. Entre estos dramaturgos denominados prelopistas, destaca el sevillano Juan de la Cueva (1550-1610). El teatro humanístico se halla representado en la primera mitad del siglo por Francisco López de Villalobos y Hernán Pérez de Oliva.