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Africa.versus.America

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"fallándose perdidos a desandar lo andado, para salvar la punta, por se salvar por la mar". Llamando el sitio Boca de los Leones, siguieron 40 leguas hasta un río "anegado". Dijeron, sin exagerar, que el agua dulce penetraba 30 o 40 leguas en la mar, pues el Amazonas entra 200 kilómetros. Con 6 brazas de fondo en la barra, comprobaron que a dos y media, el agua era salada[100]. Se detuvieron a 3 brazas, por miedo a encallar, a 8 leguas de una costa "anegada"[101]. "Surtos" en el río, experimentaron que "alçaba de golpe la mar y el roydo que traía, alçó cuatro brazas el navío"[102]. Pinzón bajó a tierra en dos barcas[103], adquiriendo la provincia de Paricura, para los Católicos[104]. A Colmenero le llamó la atención macaco[105], vecino de lugar, donde "hallaron mucha gente pintada" de negro, "que se venía seguramente donde estaban Vicente Anes e su compañía". García Fernández, hablando de oídas, pues quedó en Palos, dijo que los indios, manifiestamente hostiles, "vinieron a Vicente Anes", peleando "con él y su compañía", actitud que la aconsejó abandonar la "isla"[106].

Siguiendo la "misma costa", encontraron un río Negro, donde intentaron rescatar "algunas cosas que llevaban". Los aborígenes se manifestaron intratables, matando 7 u 8 cristianos[107]. Según ciertos marineros, Pinzón quedó en su carabela, pero Colmenero lo desmiente, asegurando que "saltó" en su barca, con un escribano, rodeándole gente "pintada" sin hostilidad, que dio posesión de la tierra. Apareció Diego de Lepe y se hicieron a la vela[108], por evitar que tomase la delantera. Es posible que remontasen el río Negro, en busca del Orinoco, para salir por Paria, pero más probable que saliesen a la mar. Tras breve escala en "Punta del Este"[109], "que buelve al mediodía o al sur"[110], pasaron por "dentro de la Trenidad e la Tierra Firme"[111]. "No osaron" saltar, porque los visitantes que les precedieron, "habían muerto" mucha gente, ofuscando al resto, que se acercaba a las carabelas, dando cuenta del paso de Colón, según costumbre en "provincia de indios", pero no subían a los navíos, desafiando a Pinzón, al grito de "¡sal capitán!"[112].

El cambio observado en los que fueron vendedores confiados, aconsejó a Vicente Yáñez respetar el mandato de no tocar en Paria, "ni a ninguna de las tierras, que Colón había descubierto". Contempladas de lejos las cruces[113], salió por la Boca del Drago, apenas reapareció Lepe. Queriendo adelantar camino, intentó subir a Santo Domingo, por donde bajó su hermano de la Española. Pasando por la Isabela, pronto abandonada, "que se dixe Xumento", perdió dos carabelas en los "ojos de la Babueca"[114]. Los hijos de Diego Martín Pinzón se separaron con la Gorda, a la salida de la Boca del Drago. "Corriendo al nurdeste", descubrieron la isla de Mayo, de la Sal o Boavista. Por Guadalupe, subieron a San Juan e Isabela la Vieja, alargándose a las Bahamas, donde registraron Mamana, Someto y Maguana[115]. Vicente Yáñez, el que "falló la Mar Dulce"[116], "posó" en casa de Cristóbal Vega, compañero de travesía, residente y heredado en Santo Domingo. Juan Roldán, de Moguer, más tarde gobernador de San Juan[117], oyó decir a Pinzón, en la intimidad, que aunque no vieron muestra de oro, abundaba en la costa recorrida[118].

Según Alonso de la Calva, los barcos de Diego de Lepe hicieron escala en Fogo, iniciando su "descubrimiento" en una "como baya", no pudiendo desembarcar, porque "no hallaron tierra ninguna". Llamaron al sitio y al río San Julián[119], siguiendo a Rostro Hermoso. Ignorando la toma de posesión de Vicente Yáñez, Lepe la tomó a vez: cortó ramas, "fiso cruces" y grabo su nombre en un árbol, "muy espantable de grueso", lamentando no

encontrar "lengua" nativa, que le diese la réplica[120]. Costeando Levante, al "leste ueste" por el "norueste"[121], siguiendo "la vía del Blanco, en el uso de los indios que tenía"[122], repitió la ceremonia en radas secundarias, con gesto añadido de grabar cruces "en ciertos árboles principales"[123]. En Navidad[124] capturaron "cierta gente". Siguiendo "contra el Poniente", dejaron mal recuerdo en el río Marañón[125], levantando 11 ánimas[126], con lo que recibieron "mucha afrenta de los indios"[127]. En el Río Grande, conocido por Mar Dulce, encontraron a Vicente Yáñez, no siendo de excluir agarrada entre cristianos, silenciada por ahorrarse complicaciones. Diego Prieto, que iba con Pinzón, dice que los castellanos no tomaron contacto, pasando Lepe adelante del Río Grande[128]. Según el piloto Bartolomé Roldán, subieron 70 leguas "río adentro"[129], regresando a la mar, para correr la costa "de luengo... hacia Poniente"[130], por ir descubriendo "la vuelta de Levante". A las treinta leguas, desembarcaron en el río Santa Catalina[131]. Puestas las "marcas" sin tropiezo, alcanzaron la "isla" de Paria[132], viendo marchar a Vicente Yáñez, sin despedirse[133]. En la soledad, Lepe cargó brasil y algunos indios[134], siguiendo a San Juan, para tomar "la vuelta de España", con escala en Lisboa. Pedro Ledesma, que le vio partir de Palos, antes de ir a Cabo Verde, asistió a la entrada de los navíos en Sevilla, notando la ausencia del capitán mayor[135]. Quizá quedase en Portugal, donde se dice que murió, entonces o autoexiliado, apuntando algunos que abandonó Castilla, harto de desprecios. Habiendo dejado croquis o figura del viaje, lo completó Andrés de Morales, a demanda del Obispo Fonseca, con ayuda de compañeros de travesía[136]. Incluido en el "padrón" real[137], el descubrimiento quedó invalidado, por haberlo inscrito Pinzón. Depositados indios y brasil, en poder del prelado, la tripulación se desperdigó, emprendiendo cada cual su aventura.

Luis Guerra financió el último descubrimiento del año. Embarcado con Alonso de Vélez, salió de Sevilla 4 o 5 meses después que su hermano[138], yendo a Cabo de Cruz o Punta Santa Cruz, "a la parte de mediodía.., hasta el término que agora está descubierto"[139]. Doblada la punta de San Agustín, siguieron "a la buelta del sur", bajando más "adelante que ninguno había llegado, por la costa de la dicha Tierra Firme". El descubrimiento, añadido al padrón careció de efecto, porque todo pertenecía a Portugal. Alonso de Vélez, alcalde mayor en Palos, por el Conde de Miranda, declaró en 1535, con 70 años cumplidos[140], atribuyendo Arias Pérez su descubrimiento, a Francisco de Vélez, comendador y vecino de Moguer. En el mismo 1497, aparecen entradas en "Africa", como la de Juan Benito y otros vecinos de Cádiz. En primavera, sin licencia para descubrir, fueron con una carabela a las islas de Cabo Verde, cargando corambre y "durzela" u orchilla, "sin pagar por ello cosa alguna". Desembarcado el botín en Cádiz, pararon en la cárcel, siendo secuestrados sus bienes, para satisfacer a los propietarios[141].

Habiendo cumplimentado Manuel I el Tratado de Tordesillas, tomando posesión del reino de Meça, los Católicos quisieron hacerlo al "otro cabo" del Estrecho, ocupando Melilla. Ubicada por Barrantes Maldonado, cronista de los Guzmanes, "en el reino de Tremecén", la documentación la incluye en Fez. Estaba Juan de Guzmán enredado en la guerra naval con Francia, a entera satisfacción de los Católicos, a juzgar por las felicitaciones, expresadas en carta de 25 de junio de 1497[142], cuando le fue encargada la de una plaza, abandonada por el vecindario, harto de pendencias fronterizas. Levantada hueste, sin duda inferior a los 5.000 hombres, que supone Barrantes, llevaron parapetos de madera, que debidamente ensamblados,

servían de muralla, en las urgencias. Se dice que dirigió la empresa Pedro de Estopiñán, de oficio contador, pero quizá lo hiciese su hermano Bartolomé, poco antes cabeza de la gente, que se mandó a Fernández de Lugo, para la conquista de Tenerife[143]. La armadilla debió salir de Sanlúcar, por septiembre, al mismo tiempo, poco más o menos, que los barcos de Colón. Informados los Católicos del éxito, por Francisco de Estopiñán, cuando el duque de Medina Sidonia sibía a la corte, para dar el pésame por la muerte del Príncipe D. Juan, le detuvo carta de los monarcas, fechada a 18 de octubre: "el servicio que nos ecisteis en la toma de Melilla y el placer que ovimos con la buena nueva que nos embiastes, nos ha aprovechado, para templar en algo el dolor que tenemos"[144]. Indispensable su presencia en Sanlúcar, para consolidar la conquista, los reyes le ordenaban regresar a su domicilio.

La muerte del heredero del trono, hizo recaer la sucesión en la infanta Isabel, hija mayor de los Católicos, casada con de Manuel I de Portugal[145]. Dando por segura la unión de las coronas y por extensión de las "conquistas", a 22 de enero de 1498, Antonio de Peñalosa fue nombrado cogedor de los múrices, en las tres Canarias mayores. Habiendo sido vendida la cosecha, a "nuestros muy caros e muy amados fijos", para "rescatar" oro en su Mina, acopiados e inventariados los caracoles, se los haría llegar[146]. Por enésima vez, los Católicos cerraron la costa de Poniente: "habiendo sabido" que "algunas personas", osaban "yr e embiar yr" a las tierras de Africa, que "son de nuestra conquista, hazia la parte de la Mar Pequeña e por aquella costa, hazia la parte de Meça", a rescatar oro, esclavos y otra cosas, trocándolas por pan, aceite y plata, inexistente en la comarca, el 27 de febrero de 1498, recordaron al asistente y concejos del arzobispado de Sevilla, obispado de Cádiz, las Islas de Canarias y a "todos e qualesquier nuestros súbditos e naturales", que "todos los rescates e tratos e otras cosas de la dicha tierra de Africa, que es de nuestra conquista, pertenece a nos e son nuestros". Suprimidas las incursiones incontroladas, prohibieron hacer o mandar "facer los dichos rescates, nin ir a tratar con los dichos alárabes e africanos de las dichas tierras, a la parte de la dicha Mar Pequeña e por aquella costa adelante, hacia la parte de Meça". Penado el extranjero con pérdida de mercancías y transporte, el súbdito se jugaba la cabeza[147].

Drástica la restricción, en junio se concedió licencia especial a Juan Ximón, vicario de Beas, para ir a la costa de Berbería, en la nao de García Múñoz, con mercancías para rescatar castellanos, que "están en poder de los moros de allende, enemigos de nuestra santa fe católica"[148]

. Poco después murió la Princesa Isabel, seguida de su hijo, el príncipe Miguel, recayendo la sucesión en Juana, casada con Felipe de Habsburgo[149]. Roto el sueño unitario, a 23 de agosto de 1498, los múrices de las Canarias, fueron nuevamente destinados al servicio de la reina de Castilla. Perdido el respeto a la conquista de Portugal y al Xarife, pagó las consecuencias Juan Covaes, vecino de San Vicente de la Barquera. Al regreso de los caladeros de Berbería, con carabela de 25 toneles y doce hombres, cargada de pescadas, le detuvieron en Larache, villa del reino de Fez, porque olvidó pagar alformaje. Quedó el barco sólo en el río, mientras negociaba, tratando de solventar la cuestión, circunstancia que aprovecharon vecinos de Huelva, fondeados en el mismo puerto, para robarlo con la carga[150].

[1]P.C. T.I.

[2]P.C. T.III. Modernamente se llega al colmo, haciendo pasar dos cartas del Almirante Fernando Enríquez, con media fecha, del mes de mayo y sin año, por cartas de Colón. Como en el caso de la carta, en que se le hace nombrar a Vespucio, la caligrafía es típica de la época de Felipe II.

[3]P.C. T.III.

[4]P.C. T.IV.

[5]P.C. T. IV.

[6]P.C. T. III. No debía ser puerto incomunicado, pues regresó a Palos por sus medios.

[7]F.O. T. I.

[8]P.C. T. IV.

[9]P.C. T. III.

[10]Ibídem.

[11]P.C. T. IV.

[12]P.C. T. IV.

[13]Ibídem.

[14]Ibídem.

[15]P.C. T. IV. Juan Quintero.

[16]P.C. T. IV.

[17]Ibídem.

[18]Ibídem.

[19]Los "almayzares" aparecen en los aranceles de los puertos andaluces, como originarios de Berbería. Eran velos finos de algodón, con los que ciertos musulmanes, se cubría la cabeza. Los encontramos en el interrogatorio, que se destinó al rey Católico y la declaración de Bartolomé Colón. Probaban que el Almirante estuvo en Paria P.C. T. I y III.

[20]Según el diccionario de Barcía, trozos de metal, compuesto por 18 partes de oro, 6 de plata y 8 de cobre.

[21]P.C. T. IV. Bartolomé Roldán.

[22]P.C. T. IV.

[23]Ibídem.

[24]P.C. T. IV. Pedro Ledesma.

[25]P.C. T. I y III.

[26]P.C. T. III.

[27]Ibídem.

[28]P.C. T. IV.

[29]P.C. T. III.

[30]P.C. T. IV.

[31]Ibídem.

[32]P.C. T. III.

[33]P.C. T. IV.

[34]Ibídem.

[35]P.C. T. IV.

[36]Ibídem.

[37]Ibídem.

[38]Ibídem.

[39]Ibídem.

[40]P.C. T.III.

[41]P.C. T. IV.

[42]Ibídem.

[43]Ibídem.

[44]P.C. T.III.

[45]P.C. T. IV.

[46]Ibídem.

[47]Ibídem.

[48]P.C. T. III.

[49]P.C. T. IV.

[50]Ibídem.

[51]Ibídem.

[52]Ibídem.

[53]Ibídem.

[54]P.C. T. IV. T. VIII.

[55]La historia oficial presta a la carabela de Niño 50 toneladas y tripulación de 33 hombres. Fechado el descubrimiento en 1499 o 1500, se reproduce el periplo del tercer viaje de Colón: Canarias, Cabo Verde y Paria. Poniendo en duda que Niño entrase por el Drago, los criaderos de perlas se trasladan a Jardines, haciéndole regresar de la Punta de Araya a Bayona, fechando la arribada a 13 de febrero de 1500. ("Historia de las Américas". VV.AA. Coordinador: Luis Navarro. V Centenario 1991).

[56]P.C. T. IV.

[57]P.C. T. I.

[58]P.C. T. IV.

[59]P.C.T. IV.Américo Vespucio nació en Florencia. Pasó

a Sevilla en 1491, al servicio de los Medicis, entrando en la agencia de Juanoto Berardi, que murió en 1495. Continuó con el negocio y se dice que se le prohibió embarcar con Ojeda, por ser extranjero, aunque escribiese lo contrario. Le embarcan, sin pruebas, en los dos primeros viajes de Colón y con Diego de Lepe. En 1501 navegaba con portugueses, buscando un estrecho. Murió en Sevilla, en 1512 ("Historia de las Américas" coordinador Luis Navarro V Centenario 1991).

[60]P.C. T. IV La historia oficial sitúa el viaje en 1499. "Dirigiéndose a la costa de Bebería", pasó por el Cabo de Aguer, Lanzarote y La Gomera. Tras 24 días de navegación, mojó en Cabo de Oranje, en la Guayana, entrando por la Boca de la Sierpe, al sur de la Boca del Drago ("Historia de las Américas". VV.AA. Coordinador: Luis Navarro V Centenario 1991).

[61]P.C. T. IV.

[62]P.C. T. III. T. IV.

[63]P.C. T. IV.

[64]Lago de Maracaibo. Se llamó Venecia, por las casas lacustres.

[65]P.C. T. III.

[66]P.C. T. IV.

[67]P.C. T. III. T. IV.

[68]P.C. T. III. T. IV.

[69]P.C. T. IV.

[70]P.C. T. III.

[71]P.C. T. IV.

[72]P.C. T. III. T. IV.

[73]P.C. T. IV.

[74]P.C. T. VIII. Se le hace salir de Sevilla, a finales de 1499 o principios de 1500. Pasando por Tenerife y Cabo Verde, siguió a "Santa María de la Consolación" o Cabo San Roque. Se identifica el Pará con el Marañón y el Amazonas con la Mar Dulce. Al Orinoco le llaman Río Dulce. Licencia otorgada a Vicente Yáñez Pinzón, sin fecha pero que se supone de 1499, para "ir por el Mar Océano, a descubrir islas e tierras firmes", descubierta por el Profesor Muro, en el Archivo de Protocolos de Sevilla, da pie a los investigadores, para extrapolar el "descubrimiento" de 1497. Institucional la armada de 4 carabelas, no lo era el viaje, a que se refiere la licencia. Financiado por Pinzón y otros armadores, entre los que aparece Vélez de Mendoza, se consignan las prohibiciones de cargar madera brasil y tocar en la conquista de Portugal y la obligación de entregar el quinto, inútil de ser armada la corona armador. No se ha encontrado otra escritura, a nombre de Pinzón ("Historia de las Américas". VV.AA. Coordinador: Luis Navarro V Centenario 1991).

[75]P.C. T. IV.

[76]Ibídem.

[77]Ibídem.

[78]P.C. T. III.

[79]P.C. T. IV.

[80]Ibídem.

[81]"Historia de las Américas". Luis Navarro García. V Centenario. 1991. T. I.

[82]P.C. T. IV. Se describe a Diego de Lepe como hombre sin conocimientos de la mar. Financiado por Francisco Veles, se atribuye la dirección de la travesía a Bartolomé Roldán, que fue piloto de Colón. Se supone que zarpó de Sevilla, en enero de 1500, al mismo tiempo que Pinzón. Llegaron al río San Julián, identificado con el cabo San Agustín. Su muerte se ubica en Lisboa, en 1502 ("Historia de las Américas". VV.AA. Coordinador: Luis Navarro V Centenario 1991).

[83]P.C. T. IV.

[84]Ibídem.

[85]Ibídem.

[86]Ibídem.

[87]Ibídem.

[88]Ibídem.

[89]P.C. T. IV.

[90]P.C. T. IV. Pernambuco, factoría portuguesa, tuvo fortaleza y puente de madera, del siglo XVI. A 12 leguas del Cabo San Agustín.

[91]P.C. T. IV.

[92]Ibídem.

[93]Ibídem.

[94]Ibídem.

[95]Ibídem.

[96]Ibídem.

[97]Ibídem.

[98]Ibídem.

[99]Ibídem.

[100]En la boca del Río Dulce, los hombres de Vicente Yánez hicieron un curioso experimento. Bajaron 6 brazas un "escalfador de barvero", con "artificio" para que no se abriese, "fasta que diese fondo". Comprobaron "que dende las dos brazas e media fasya el fondo, era todo salado, como agua de mar". La de superficie le sirvió para renovar la provisión de las botas (P.C. T. IV).

[101]P.C. T. IV.

[102]Ibídem.

[103]Ibídem.

[104]Ibídem.

[105]Ibídem.

[106]Ibídem.

[107]Ibídem.

[108]Ibídem.

[109]Ibídem.

[110]Ibídem.

[111]Ibídem.

[112]P.C. T. IV.

[113]Ibídem.

[114]Ibídem.

[115]Ibídem.

[116]Ibídem.

[117]P.C. T. VIII.

[118]P.C. T. IV.

[119]Ibídem.

[120]Ibídem.

[121]Ibídem.

[122]Ibídem.

[123]Ibídem.

[124]Chaves, en su Espejo de Navegantes, menciona un Puerto Navidad en la isla Española. No pudo ser el visitado por Lepe. Hay un segundo en Méjico.

[125]P.C. T. IV.

[126]Ibídem.

[127]Ibídem.

[128]Ibídem.

[129]Ibídem.

[130]Ibídem.

[131]Ibídem.

[132]Ibídem.

[133]Ibídem.

[134]Ibídem.

[135]Ibídem.

[136]Ibídem.

[137]Ibídem.

[138]P.C. T. IV. Según informe de 1515, sacaron licencia de Juan de Fonseca, para ir a descubrir, el 5 de junio de 1500. Salieron en agosto con dos velas, siguiendo a Canarias, Cabo Verde y San Agustín. Regresaron a los diez meses, con carga de esclavos. ("Historia de las Américas". VV. AA. Coordinador: Luis Navarro V Centenario 1991).

[139]P.C. T. IV.

[140]P.C. T. VIII.

[141]SRGS. IV.1497.217.

[142]ADMS. 2395.

[143]SRGS. VII.1496.157.

[144]ADMS. 2395.

[145]Nacida en Dueñas en 1470. Casada en 1490 con Alonso, primogénito de Juan II de Portugal. Viuda, casó con Manuel I, en 1497. Murió de parto en 1498, no tardando en seguirla el hijo. "Catálogo Real y Genealógico de España" Rodrigo Mendez Silva Madrid 1656. ADMS. 927.

[146]R.A. doc. XXIV.

[147]SRGS. II.1498.45.

[148]SRGS. VI.1498.71.

[149]Nacidos: Isabel o Leonor en 1470, Juan en 1478, Juana en 1479, María en 1482 y Catalina en 1485. El matrimonio de Manuel I con María, madre de Juan III y de la Emperatriz Isabel, no restableció la situación sucesoria.

[150]SRGS. XI.1498.284.

V. El fin de la Berbería del Poniente:

La ocupación del descubrimiento

Lope Sánchez de Valenzuela, gobernador de Gran Canaria, pasó a la "ciudad de Tagaoz, cabeça que es del reino de Vutata"[1], para recibir vasallaje, en nombre de la Católica, con el escribano Gonzalo de Burgos y la intérprete morisca, María de Almuñecar[2]. Alojado

en la alcazaba de Agaoz, el 15 de febrero de 1499 recibió a Mohamed de Maymón, señor de Tagaoz, con Hamet, capitán de Ufrán, que habló en nombre de su hermano Gazeleziz y de la villa y 38 lugares "cercados", que estaban en el valle. Juraron "por su ley", a más de hacer pleito homenaje, a la castellana, pagar a Isabel las parias que daban a los reyes "antepasados", apoderando a Çidi Cayde Maymon, hermano del señor de Tagaoz y Çidimome, alárabe de Auladamar, para ratificar el acto en Castilla, ante la soberana[3]. Tres días después, Çidimome y Mahoma, asistidos de sus intérpretes, entregaron el castillo de Yfini, prometiendo recibir, de día y de noche, a quien tuviese poder de la reina y pagar las parias acostumbradas. Isabel podría levantar fortaleza donde quisiera, haciendo los naturales, pozo en "la costa de la mar", en señal de vasallaje. El 20 de febrero comparecieron los vecinos de Yfini, ratificando la cesión de términos, veneros, puertos y abras. A 8 de marzo juró Hamar Huel de Bobuzuane, cuñado de Çidi Çulema Abendaut, alcaide y señor de la ciudad de Tamamarte, cabeza de seis villas y mil lugares murados, ubicados a lo largo del río[4]. Prometió Valenzuela, en nombre de la reina, defender a sus nuevos vasallos, de "todos los hombres del mundo", procurándoles los productos acostumbrados a su precio. A la puesta del sol se presentó Boali Enbuco, señor y alcaide de

Tagamarte y su fortaleza, seguido de sus hijos. Nieto de Abul Mumen Maholofut, último rey de Vutata, traspasó sus derechos a la corona de Castilla. Al día siguiente, los representantes del pueblo de Ufrán, ratificaron la palabra de sus reyes, en presencia de los señores de Tagaoz y Agaos. Valenzuela quedó "dentro de la posada", dedicando el resto del día a recibir vasallaje de la "gente menuda"[5].

El 20 de marzo, los señores de Tagaoz, Agaos y Tiçigunê, presentaron a los alcaides. Entregadas las fortalezas, hicieron pleito homenaje, para recibirlas por la Católica. Haly Benabit Ynibit, xeque del bando de Auladamar, cerró el trato con gesto conocido: "presente seyendo el dicho governador, enclabixó su mano con la suya, en señal de señorío". El 23, en el puerto de Yfini, el intérprete Mahoma dictó resumen de los actos, a Gonzalo de Burgos, que lo asentó en acta. Reunidos "sobre 300 caballeros y muchos peones del bando de Auladamar", "metieron" al gobernador en "la mezquita que allí está.., qué es muy antigua", para declarar que habiendo mandado un xeque de los suyos, a dar vasallaje a la reina, en nombre de la generación presente y las venideras, ratificaban el compromiso, "sus manos enclavijadas, con dos cavalleros principales del dicho vando". Actuaron como testigos Pero Ruyz, maestre del barco "de sus altezas", que trajo a los castellanos, Fernando de Castillo, Antón de Hoyo, Alonso de Arahal y la intérprete María de Almunycar, vecinos de Gran Canaria[6].

Enterado de que algo sucedía en sus islas, Juan de Guzmán quiso embarcar, so pretexto de poner orden en Melilla. Intuyendo que se alargaría a Cabo de Aguer, Isabel alegó viaje inminente, para retenerle en Andalucía: deseando "platicar con vos lo que se hubiere de hacer, en las cosas de Africa.., nos parece que hasta entonces, se puede posponer vuestra ida". El 5 de marzo, a punto de inaugurarse la temporada de las navegaciones, el Guzmán y su pariente Ponce de León, compartieron real filípica: "somos informados que de los lugares de vuestra tierra, se saca mucho pan para fuera de nuestros reinos, sin nuestra licencia y mandado". "Maravillados", pues siendo hombres instruidos, debían conocer las leyes, para hacerlas respetar, los monarcas les conminaron a suspender el tráfico[7]. A 5 de abril y en la misma línea, Fernando recordó al de Medina, la prohibición de asomar por el reino de Fez, usando el término "Allende", como topónimo: "sabed que por algunas cosas que mucho a mi servicio cumplen, no conviene que por agora pase nadie a Allende, con tratos ni mercaderías nin de otra manera. Por ende yo vos ruego que non consintáis ni deis lugar que desas partes, pase persona ni personas algunas, hasta tanto yo lo embíe mandar"[8].

Poco duró la veda. Imposible poblar las Indias, sin barcos y gente a la mano, el 12 de agosto se abrieron mares y tierras, revocando los Católicos la orden anterior, como si fuese ajena: "nos somos ynformados que en esas dichas ciudades y villas e lugares, fue pregonado que ningunos mercaderes nin otras personas, vayan ni envíen a tratar sus mercaderías a la Bervería, so ciertas penas. E porque al presente non ay necesidad que lo susodicho se guarde", quien quisiese podría ir a las partes de Allende, para "rescatar" o hacer lo que le pareciese[9]. Entre los primeros viajeros reaparece Juan Ximón. Ascendido a vicario de Jerez, regresó a Berbería en "nao" de Diego Salenas, para continuar redimiendo "cristianos, que están cautivos en Aliende", en poder de "enemigos de la fe". Llevó "sedas e paños e moros cativos", libres de derechos: "si algunos de los moros que ellos llevan de la limosna vendieren", estarían exentos, pues lo cobrado se destinaba a la redención[10].

Aficionado el poder a emplear la amenaza, incluso sin necesidad, los Católicos prepararon importación de Colón por la fuerza, sin intentarla por las buenas. La maniobra fue iniciada por real orden, de 22 de abril de 1499, dirigida al tesorero de las Islas y Tierra Firme, "descubiertas y puestas so nuestro señorío, en el Mar Océano, en la parte de las Indias". Del procedido del oro y otros productos, se pagaría "cualquier salario e sueldo", por fletes de navíos y salarios de marineros, "e para las otras cosas que sean necesarias, para la abitación de la gente", que estuviese "e oviere de yr" a Indias, liquidando deudas pasadas, de tenerlas pendientes[11]. Habiendo contratado el "almirante de las Yndias", las carabelas Santa Cruz, de Juan Bermúdez y la Niña, de Marina González, mujer de Alonso Yáñez Vaquiñas de Sancto, que llevaba su hijo Martín Alfonso, ambas de Palos, trajeron de retorno madera de brasil, que se vendió para "la paga del sueldo de la dicha gente, que ha servido en las dichas Yndias". Entregado el procedido a Colón, dejó a deber 84.544 maravedís al primero y a la segunda 96.000 maravedís en fletes, más 62.000 al maestre, Pedro Francés. Vistas las denuncias por los del Consejo, a 19 y 20 de septiembre de 1499, lo irrelevante en país de morosos, se convirtió en grave, siendo "cometidas" a Frey Francisco de Bobadilla, pesquisidor en Indias[12].

El mismo septiembre en que se entregó a Bobadilla, el futuro inmediato del Almirante, Alonso Fernández de Lugo fue llamado a la corte[13], para ser nombrado, a 2 de octubre de 1499, capitán de la Mar Pequeña y gobernador vitalicio de Berbería, del Cabo de Ajer al de Bojador, con salario de 375.000 maravedís, botín y rescates[14]. Encargado de consolidar la posesión, que tomó López Sánchez de Valenzuela, haría fortalezas en las fronteras del Cabo "Boxedon", Tagaoz y el puerto de Nul, "que es a cinco leguas", capaces para albergar guarnición de 100 hombres de a caballo y 200 peones, quedando con las alcaidías y sus tenencias, por los días de su vida. Para convencer a "moros e alárabes", de las ventajas que les reportaría pagar parias a Castilla, observando el vasallaje que dieron, levantaría 50 lanzas y 300 peones, adelantando la inversión, a recuperar en botín e impuestos. Amortizada, le quedaría "veyntena" o quinto vitalicio, de cuanto produjese, a la corona, el territorio conquistado "por su mano", sin más incordio que el de soportar "persona o personas, que nos mandáramos", a título de veedores o supervisores, de cuentas e iniciativas[15].

Comprendiendo que alguna mejora habrían de notar, los que daban vasallaje, la Católica dotó a Lugo de poderes, para garantizar la libertad y propiedad, a cuantos la aceptasen por señora, quedando la esclavitud reservada al recalcitrante. Indispensable proteger a los vasallos, de los profesionales de la cabalgada[16], el gobernador distribuyó sus hombres por las radas, imponiendo veda sin fisuras, que sufrieron los canarios, cuando se felicitaban por el fracaso del "concierto", firmado por López Sánchez de Valenzuela, con los moros de Berbería[17]. Sometido el continente a la autoridad del Xarife, compartida con la corona de Portugal en lo comercial, repartido en behetrías, encabezadas por señores electos, musulmanes y cristianos, la injerencia de los monarcas castellanos, dio lugar a que conviviesen muy diferentes formas de administración. De no ser por el quinto, el canario no se hubiese distinguido del andaluz, pescador, mercader y tratante de esclavos. Naturales y mestizos, cristianizados de antiguo, se comportaban como el conquistador, cultivando la caña y practicando la cabalgada, en las zonas islámicas de las "islas", que llamaban Berbería. Los portugueses trocaban mercancías y cautivos, a través de factorías, eludiendo el empleo de la fuerza y enfrentamientos con el Xarife, sin inmiscuirse en cuestiones de fe ni exigir parias, cuyo pago no tardó en ser