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Economía española

Tradicionalmente España ha sido un país agrícola y aún es uno de los mayores productores de Europa occidental, pero desde mediados de los años 1950 el crecimiento industrial fue rápido y pronto la industria alcanzó un mayor peso que la agricultura en la economía del país. El gobierno incrementó el desarrollo de las industrias del acero, astilleros, textiles y mineras.

En la actualidad, el proceso más claro que tiene lugar en la economía española es su terciarización, es decir el sector de servicios (o sea, el sector terciario) produce más que la industria (el sector secundario) y la agricultura (el sector primario). Así, la contribución del sector terciario al producto interior bruto en 2006 fue de un 59,5%, mientras la contribución de la agricultura, ganadería y pesca, de un 2,6%, y la de la industria, de un 16,2%, y el restante 10,8% corresponde a la construcción.

La industria española: sectores y su distribución. Problemática del sector industrial

La industrialización de España sufrió un retraso evidente, respecto al resto de Europa, debido a diversos factores negativos:

- falta de reservas carboníferas adecuadas (la máquina de vapor, en la que se basó la Revolución Industrial, necesitaba del carbón mineral como fuente de energía para sí misma y para la obtención del hierro necesario en su fabricación; el carbón en España no era adecuado);

- situacíon periférica de la Península, que la hizo estar alejada del tráfico mercantil y de las innovaciones tecnológicas;

- los conflictos político-militares del siglo XIX: Guerra de la Independencia, pérdida de las colonias americanas, guerras carlistas, que impidieron un desarrollo industrial ordenado;

- en principio la burguesía española no apostó por la industrialización por lo que España se quedó atrasada con respecto a las economías extranjeras más desarrolladas.

Entre otros factores negativos que impidieron el desarrollo industrial de España están la escasez de recursos naturales y la dependencia tecnológica y empresarial de la industria española de multinacionales extranjeras.

La población activa y la aportación al PIB

La población activa dedicada al sector secundario es del 31% del total nacional y su aportación al PIB es casi del 30%.

Principales sectores de producción: su distribución e importancia

Es obvio que los sectores industriales están localizados en las zonas más propicias para ello. Esa localización de la industria en determinadas zonas se debe a varios tipos de factores: naturales (materias primas y fuentes de energía) y humanos. Éstos, a su vez, pueden ser económicos (capital), técnicos (tecnología e investigación, cualificación de los trabajadores, transportes) y políticos (iniciativa privada o pública, ayudas estatales a la industria, etc.).

Antes de nada se debe notar: España carece de materias primas y fuentes de energía en cantidad suficiente.

La distribución espacial de los principales sectores industriales en España es la siguiente:

- la siderurgia es una industria que produce el arrabio y el acero que posteriormente se laminan y de los cuales se obtienen los detalles industriales (vigas, ángulos, cuadradillos, pletinas, etc.). Está polarizada en torno al litoral cantábrico (Vizcaya) y en el País Vasco. Asturias es actualmente la primera provincia siderúrgica en orden de importancia donde están las principales acerías de España. En la costa de Lugo (Galicia) se encuentra la gran factoría “Aluminio Español”;

- metalurgia no ferrosa tiene una rica base de materias primas en España como mercurio, cinc, wolframio. Las empresas de la industria no ferrosa se localizan al lado de las estaciones eléctricas o yacimientos minerales (Riotinto, Linares, La Carolina, Santander, Guipúzcoa, Valladolid);

- metalurgia de transformación. Son las industrias cuya característica común es la utilización de metales, especialmente acero, como materia prima básica. Estas industrias construyen buques, bienes de equipo (maquinaria de toda clase, material ferroviario, vehículos industriales) y producen asimismo bienes de consumo duradero (automóviles, motocicletas y electrodomésticos);

- construcción naval es una de las ramas económicamente desarrolladas y bien equipadas. Los astilleros españoles fabrican todo tipo de barcos: petroleros, pesqueros, cargueros y buques de alto nivel tecnológico como contenedores, remolcadores, dragas, frigoríficos y hasta buques de guerra. Los astilleros se hallan repartidos a lo largo de todo el litoral peninsular e insular, destacando entre ellos los de la bahía de Cádiz. La industria naval vasca cuenta con una añeja tradición en la fabricación de buques. En el Norte destacan Gijón (Asurias) y Vigo y El Ferrol (Galicia). La comptenecia de otros países (Corea del Sur), las limitaciones al crecimiento de la flota pesquera impuestas por la UE, han hecho que los principales astilleros españoles sufran una profunda crisis;

- industria automóvil ha sido una de las más discutidas en cuanto a la necesidad de su instalación en España debido a la falta de investigación técncica. Esto obligó a recurrir a las tecnologías extranjeras. La primera fábrica de coches en España fue instalada en 1904 en Barcelona (Sociedad Hispano-Suiza de fabricación de automóviles). En 1950 en la misma ciudad con las patentes de Fiat y Renault se constituyó la más importante empresa de la industria automovilística, SEAT (Sociedad Española de automóviles de turismo) que más tarde pasó a formar parte del grupo alemán Volkswagen. En la actualidad la producción de transporte, automóviles fundamentalmente, se halla también en la siguiente zona: SEAT – Barcelona, Peugeot – Madrid, Opel – Zaragoza, Renault – Valladolid y Palencia) con ramificaciones hacia otras áreas industriales (Citroën – Vigo, Ford – Valencia, Suzuki – Linares). Casi el 80% de los automóviles que se fabrican, se exportan.

Las fábricas de tractores están localizadas en Madrid y Barcelona y como en el caso de la industria del automóvil, estas empresas utilizan patentes de casas extranjeras.

Existe además, una importante fabricación de motocultores para viñedo y pequeñas explotaciones agrícolas, cosechadoras y otras máquinas para el sector agrario;

- la industria química apareció en la economía española bastante tarde por causa de la falta de investigaciones científicas y la deficiencia técnica. Este hecho obligó al uso de patentes y procesos industriales extranjeros. La industria química puede dividirse en inorgánica y orgánica. La inorgánica tiene como productos los ácidos minerales, cloro y sosa. La química orgánica ofrece productos derivados de la petroquímica y carboquímica: abonos y fertilizantes, explosivos, colorantes. Es importante la producción de la química de consumo: papel, pinturas, barnices y colas, esencias, jabones y cosméticos, caucho, fibras, plásticos. Presenta la misma ubicación que la metalurgia de transformación: el triángulo País Vasco y su periferia (Cantabria, Burgos, La Rioja), la Cataluña litoral (Barcelona, Tarragona, Girona) y Madrid.

Las bases de la industria petroquímica en España se sentaron en 1963 con la construcción de dos complejos petroquímicos que hoy siguen siendo los más importantes: el de Puertollano y el de Tarragona; a ellos se unieron los de Huelva y Algeciras. El complejo de Puertollano tiene su base en la refinería de crudos que llegan a través del oleoducto Cartagena – Puertollano y sus empresas producen una amplia gama de plásticos, fibras y caucho sintético. El de Tarragona tiene como producciones básicas el polietileno, polipropileno y los cauchos sintéticos en las fábricas de toda Cataluña donde la industria química ha llegado a ser una de las más importantes;

- industria textil y de confección (calzado, cuero). La industria textil es de la más vieja tradición en España. Los caballeros romanos se vestían con tejidos fabricados con pelo de cabra de León, lino de Tarragona y algodón de Cartagena y Asturias. En la Almería de los árabes había 4.000 telares de preciados tejidos de oro y sedas. La producción de la seda existía ya en el Imperio godo y en el siglo XV ocupaba a un millón de obreros. La tapicería florecía desde el dominio de los godos. Los paños de oro y carmesí, la artesanía del bordado, los encajes polícromos y los brocados y tules son famosos en España desde la dominación árabe.

La industria algodonera es la más importante de las industrias textiles. Alcanza un notable relieve a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX y en la actualidad trabaja a base de materias primas nacionales e importadas. Cataluña es el principal núcleo de la industria textil algodonera, siguen Andalucía (Málaga, Sevilla y Córdoba), el País Vasco, las Baleares, Valencia. Pero las fábricas de tejidos de algodón se localizan principalmente en Cataluña.

La industria lanera tiene mayor antigüedad y tradición que ninguna otra del sector textil, apareció por primera vez en Castilla y estimuló el desarrollo del ganado lanar. Hoy día la rama utiliza en gran medida las materias primas importadas y se concentra principalmente en las provincias de Barcelona, Salamanca y Logroño.

La industria sedera (producción de seda natural) tiene una tradición antiquísima en España. Pero la competencia con las modernas fibras artificiales han provocado un descenso en las cantidades producidas. Actualmente quedan pocas zonas sericícolas en Murcia y Albacete.

Un peso muy grande en la industria textil moderna adquiere la fabricación de fibras artificiales (rayón, fibras sintéticas y químicas). Las empresas de esta rama se hallan en las provincias de Santander, Burgos, Madrid, Barcelona y Girona.

Entre otras ramas de la industria ligera se puede destacar la industria de curtidos (preparación de pieles de calzado) que utiliza la materia prima nacional, abastece prácticamente todas las necesidades del mercado nacional . El calzado español goza de gran demanda en el mercado internacional. La industria prospera en la Comunidad Valenciana (Alicante), Baleares, Madrid, Barcelona.

Otros sectores industriales importantes son la industria de alimentos, bebidas y tabaco: la producción del aceite de oliva se concentra en Andalucía y Cataluña; la producción hortifrutícola, en Valencia, Murcia, Logroño, Navarra, Andalucía, las Baleares, las Canarias, Zaragoza y Huesca; la industria vinícola prospera en La Rioja; la molinería, en Valladolid, Palencia, Burgos y Zaragoza; la industria de chacinería, embutidos y jamones, en Extermadura, Huelva, Salamanca, Cataluña; la producción de conservas de pescado se concentra en La Coruña y Lanzarote; la industria de tabaco, en Andalucía y las Canarias.

La industria forestal comprende desde el aprovechamiento de maderas hasta la transformación de productos forestales. Se producen alquitrán y pez en Segovia, Ávila y Guadalajara. Entre todas las especies destaca por su importancia el alcornoque. Apenas ulitizada su madera, el alcornoque presenta un especial interés por el aprovechamiento de sus bellotas para el engorde del ganado porcino. Además su valor reside en la utilización de la corteza o corcho que se emplea principalmente en la industria vinícola. Extremadura (Cáceres) y Andalucía (Cádiz, Jerez de la Frontera) son las Comunidades Autónomas que sobresalen en la producción corchera.

Resumen: los sectores más importantes por su valor añadido son los de la energía, la industria de alimentos, el material de transporte seguidos de la industria química y la fabricación de productos metálicos.

Las industrias españolas se distribuyen de manera muy desigual por el territorio; se concentran en Cataluña, Madrid, el País Vasco y la Comunidad Valenciana. Por otra parte, Cataluña y Madrid tienen una industria muy diversificada y el País Vasco concentra la industria de producción y transformación de productos metálicos y de la maquinaria y de bienes de equipo.

Comunidades que destacan en cada agrupación de actividad (2002):

- alimentos, bebidas y tabaco: Andalucía, Castilla-La Mancha, Cataluña, Extremadura, Murcia, Comunidad Valenciana, La Rioja, las Baleares, las Canarias;

- textil y confección: Cataluña, Comunidad Valenciana;

- cuero y calzado: Comunidad Valenciana;

- madera y corcho: Comunidad Valenciana, Galicia;

- coquerías, refino de petróleo y químicas: Cataluña;

- manufacturas de caucho y plástico: Cataluña;

- productos minerales no metálicos: Comunidad Valenciana;

- producción, transformación y fundición de metales: País Vasco;

- productos metálicos: Cataluña, País Vasco;

- maquinaria y equipo óptico: Cataluña;

- material eléctrico y electrónico; Cataluña;

- material de transporte: Madrid, Aragón, Navarra, Castilla y León, Galicia;

- energía eléctrica, gas y vapor: Cataluña, Castilla y León;

- papel, edición, artes gráficas: Madrid, Cataluña.

Problemática del sector industrial

Además de la desigual distribución regional, los principales defectos que aquejan al sector industrial español se pueden resumir en:

- la falta de capitales extranjeros o la inversión;

- el tamaño de las industrias, pues siendo reducido, impide o dificulta la adquisición de tecnología punta para ser competitivas;

- la reducida investigación científico-técnica provoca la escasez de patentes españolas, que se traduce en grandes gastos en licencias;

- obsolescencia de numerosas instalaciones, que conduce a que el valor final del producto sea muy grande;

- insuficiencia de materias primas y de fuentes de energía, que obliga a grandes desembolsos.

De lo anterior se deduce que es necesario seguir con el proceso de reconversión que debe modernizar las fábricas para que las industrias españolas sean competitivas en el exterior. En la actualidad las autoridades tratan de atraer inversiones creando un ambiente industrial en que las empresas pueden encontrar ventajas, se crean parques tecnológicos para incentivar la industria de altas tecnologías.