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Trabajo ind; ESPAÑA.doc
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Indígenas (íbero, vasco y celta) para imponer la centralización romana y su sonoro idioma. De la existencia de

esas culturas nos dan testimonio los restos de los castros gallegos y algunas palabras que han permanecido

hasta nuestros días en español, en especial, nombres de utensilios y de plantas.

Pero lo que quizá más caracteriza al español es la influencia árabe. Este pueblo invadió la Península Ibérica en el

siglo VIII. Siete siglos de dominación árabe en el sur y poco más de uno en el norte dieron como fruto más de

dos mil palabras que ahora forman parte del patrimonio léxico español, la mayoría de ellas en el campo de la

agricultura. Podríamos destacar albaricoque, naranja, algodón; pero también, azul, alfombra, álgebra y

almohada.

No olvidemos que entonces en la península existían muchos reinos, y no uno sólo, y prácticamente cada uno de

ellos tenía su propio idioma: el asturleonés, el gallego, el aragonés, el catalán, el vasco y, por último, el

castellano, nacido paradójicamente en una zona geográfica más reducida. Poco a poco, el reino de Castilla iba

haciéndose más poderoso y su unión con el de León llegó a tener consecuencias trascendentales para la futura

historia de España. Sus reyes no aspiraban a otra cosa sino a la unificación de los reinos peninsulares bajo su

corona. Y, cuando contrajeron matrimonio Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, ese objetivo llegó a

cumplirse.

El nieto de los Reyes Católicos, Carlos I, convirtió España en un imperio, lo que implicó la necesidad de un solo

Idioma. A pesar de todo, durante dos siglos, las lenguas y las culturas de cada reino se mantuvieron casi intactas,

porque la unificación inicialmente sólo fue política.

En nuestros días, el castellano —o, como dicen ahora, el español— es la lengua oficial de España, pero junto a

ella coexisten las lenguas minoritarias citadas anteriormente, que a su vez también son oficiales en sus

respectivos territorios. Esas lenguas, que fueron empleadas en la corte, y que durante los siglos XIII-XV vivieron

una bella época de florecimiento cultural al ser cantadas por juglares y poetas, de hecho, nunca dejaron de

hablarse. Pero lo cierto es que a medida que crecía la importancia del español, su prestigio entre la población

Iba disminuyendo en las clases sociales altas, que ya no las transmitían a sus propios hijos.

Durante la dictadura franquista (1939-1975) el uso público de estas lenguas estuvo totalmente prohibido: en la

administración, en las escuelas, en la iglesia, en los medios de comunicación, en las publicaciones, etc.; incluso

multaban o torturaban a aquéllos que no hablaban español. Por eso, para algunos, el español se ha convertido

en una lengua de represión, en una lengua impuesta a la fuerza. Ese duro período ha servido para que una gran

parte de la población haya tomado conciencia de su identidad, de la importancia de reivindicar su propia cultura

en el sentido más amplio.

De ahí vienen posibles conflictos políticos y enfrentamientos entre las lenguas peninsulares. Es muy frecuente

encontrarse inmigrantes procedentes de regiones castellanohablantes en Cataluña, Galicia o el País Vasco que

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se niegan rotundamente a entender y, mucho más, a hablar estas lenguas nacionales, aduciendo que "ellos

están en territorio español". En cambio, algunas veces, la reacción de los habitantes es negarse a hablarles en

español, argumentando que en cada tierra se debe hablar su propio idioma. Pero el peso de la historia todavía

crea desigualdades e injusticias con los hablantes de las lenguas minoritarias. Aún hoy en día, los habitantes de

estas zonas no tienen las mismas oportunidades de moverse en su lengua dentro de su propio país. El castellano

continúa ejerciendo el papel predominante, ya que su imposición ha convertido en bilingües a los catalanes,

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