
Estilo científico
Cualquier texto científico refleja la actividad intelectual del hombre, el progreso de la ciencia y la técnica y posee las mismas cualidades que la ciencia: exactitud, verificabilidad, impersonalidad, objetividad.
El estudio del estilo científico obtiene mayor importancia entre otros estilos funcionales, lo que está determinado por las exigencias del progreso científico técnico.
La tarea de la comunicación científica consiste en demostrar teorías, argumentar hipótesis, interpretar, describir, clasificar y explicar los fenómenos de la realidad objetiva y transmitir los conocimientos obtenidos para que se conozcan y se usen; a veces para prevenir problemas, enfermedades o para sacar de ellos el provecho correspondiente a su temática.
Los textos científicos y técnicos son escritos que nos cuentan sobre lo que se sabe y cómo ha avanzado en distintas áreas del conocimiento. Además, explican cómo ese conocimiento se utiliza para crear diferentes avances tecnológicos y cambiar la forma en que vivimos.
En el vocabulario de la literatura científica se destacan tres capas principales:
1) léxico de uso común, o elementos comunes que se encuentran en cualquier estilo y no forman el estilo científico como tal, sino sirven de “material de enlace”, sin el cual es imposible el habla;
2) terminología especial;
3) terminología general, o elementos automatizados.
La terminología es el rasgo principal del estilo científico, que refleja su particularidad. La terminología es el conjunto de términos de una determinada disciplina.
La presencia de los términos en los textos científicos demuestra la pertenencia de los textos a una esfera cerrada y limitada de la comunicación. Los términos, a diferencia de palabras simples, son comprensibles únicamente para los especialistas. Siendo trasladados a otro contexto, dirigidos no a un especialista, los términos exigen una explicación especial, una “traducción”, igual que las palabras de otro idioma.
El término se destaca por tener un significado único y muy específico. Esto hace que la creación de términos en cada área sea un proceso extenso, ya que se debe elegir una variante que sea aceptada por todos.
La terminología científica surge cuando las palabras comunes en el lenguaje cotidiano se incorporan al lenguaje científico, pero su significado se reduce y se especializa a medida que se separan de su uso habitual.
Las palabras tomadas del vocabulario de la lengua nacional componen la mayor parte del léxico científico. Todas las palabras más usuales pueden hacerse términos: reja —el significado común es “red formada de barras de hierra” мережа з залізних прутків, en la literatura agrícola significa “instrumento de hierro que es parte del arado y sirve para romper y revolver la tierra”;
Vale mencionar los sustantivos-zoomorfismos. Son palabras que representan animales y se utilizan para describir objetos. Estas palabras se basan en la semejanza real o enlace asociativo entre los animales y los objetos. Por ejemplo, gato —домкрат, pie —штатив, cigüeña —либідка, abeja —бобина, toro —важка відливка, mariposa — крильчаcта заслонка, cocodrillo—зажим, автостоп. Esto se llama traslación metafórica o metonímica.
En el ámbito científico, a veces se crean términos utilizando el nombre del inventor. Por ejemplo, las unidades de medida como "amperio", "culombio", "vatio", "volframio" y "ohmio" provienen de los nombres de personas que hicieron contribuciones significativas en esos campos.
Además, en la ciencia, la terminología se nutre tanto de las palabras locales como de préstamos de otras lenguas. Por ejemplo, términos como "airbag" y "catering" provienen del inglés y se han adoptado en el vocabulario científico. En general, en el ámbito científico, se tiende a usar una variedad de palabras de diferentes fuentes, y la proporción de préstamos de otras lenguas es mayor que en el lenguaje literario común.
En la forma en que se expresan las ideas en el lenguaje científico, se observa un predominio de sustantivos y adjetivos sobre los verbos. Al analizar 10,000 unidades en un texto científico, se encuentra que los sustantivos constituyen el 32.06%, los verbos el 3.4%, los adjetivos el 13.71%, y los pronombres el 8.9%.
La elección de términos, mayormente sustantivos, confiere al texto científico un carácter concreto y elimina la ambigüedad. Además, la construcción nominal tiene la ventaja de reducir el uso de conjunciones y relativos, haciendo la frase menos pesada.
En el estilo científico, se usa el plural para sustantivos que, en la vida cotidiana, se considerarían singulares. Este uso es específico de este estilo y cumple una función marcada: sales, azúcares, aceites, ácidos, climas, corrientes, cenizas, aguas, suelos.
Los adjetivos sustantivados desempeñan un papel especial al condensar conceptos expresados. En cuanto a los verbos, se observa una desemantización, donde un verbo se sustituye por una locución verbo-nominal (por ejemplo, "medir" se convierte en "hacer medidas" o "hacer la medición").
Las definiciones en el lenguaje científico se construyen principalmente con adjetivos relativos, que especifican cualidades estables de los objetos estudiados, como el material, la relación al lugar, el tiempo, etc.
La objetividad en el estilo científico se refleja en el uso de verbos en forma pronominal e impersonal, como "se realiza", "se añade", "se considera", etc. Esto crea una atmósfera donde no se revela la identidad del autor ni se refleja su individualidad.
En cuanto a los tiempos verbales, se prefiere el uso predominante de formas del presente de subjuntivo e indicativo, en lugar de futuro y pasado, ya que estas formas tienen un mayor volumen semántico y pueden ser sinónimos de los tiempos del futuro y pasado, lo que contribuye a la neutralidad y universalidad del presente.
En la sintaxis de la prosa científica se reflejan rasgos distintivos tales corno claridad, lógica, exactitud y sucesión (послідовність) de la narración científica, así como su carácter impersonal y convincente. El carácter lógico del lenguaje científico se refleja en una sucesión rigurosa del enunciado. Las oraciones y sus partes suelen estar estrechamente ligadas; cada componente se deriva del anterior. Debido a que los textos científicos tienen carácter probatorio (доказовий), les son propias las reflexiones.
Se emplean oraciones compuestas enunciativas con oraciones subordinadas relativas, de fin y causa para lograr una narración lógica y convincente.
En las oraciones compuestas subordinadas, se utilizan oraciones impersonales, ya sea mediante construcciones modales con infinitivos que expresan posibilidad, necesidad, etc., o a través de verbos impersonales y construcciones pasivas. (es preciso, hace falta, es menester, hay que, debe, ha de, resulta y otros)
El estilo científico a menudo presenta abundancia de incisos, aparentemente innecesarios, pero que cumplen funciones importantes en la oración, como unir oraciones independientes o expresar la actitud del hablante ante la información presentada. Asimismo hay que considerar, que... Varias veces hemos aludido que.
Predominan dos tipos de construcciones predicativas en la prosa científica: la construcción predicativa nominal y el predicado compuesto verbal. El orden objetivo de las palabras, donde el tema precede al rema, es característico del estilo científico, brindando coherencia y lógica al texto.
Un rasgo importante es la condensación (ущільнення) sintáctica, donde se aumenta la cantidad de información expresada con una misma unidad lingüística. Las formas no personales del verbo, como infinitivos, gerundios y participios, actúan como condensadores, sustituyendo o acortando oraciones subordinadas.
En resumen, la prosa científica se caracteriza por su estructura lógica, uso de oraciones compuestas, tono impersonal, orden objetivo de las palabras y condensación sintáctica para transmitir información de manera precisa y convincente.