- •2. Interjección y modalidad del enunciado.
- •2. Adverbio. Tipos de adverbio
- •4. Infinitivo, participio, gerundio.
- •Imprimir: impreso e imprimido
- •8. Categoría de modo. Modalidad del verbo.
- •9. Categoría del tiempo en la lengua española
- •10. La oración. Núcleo y sus adyacentes
- •1.Homonimia, sinonimia, paronimia, antonimia.
2. Interjección y modalidad del enunciado.
La interjección es una clase de palabras que se especializa en la formación de enunciados exclamativos (§ 42.4). Con la interjección se comunican sentimientos e impresiones, se ponen de manifiesto diversas reacciones afectivas o se induce a la acción. Asimismo, algunas constituyen fórmulas que codifican verbalmente determinados comportamientos sociales convencionales, como los saludos y despedidas, las felicitaciones o los agradecimientos. Son interjecciones adiós, ay, epa, olé, uf, o vaya, entre otras. Por su elementalidad, muchas de ellas se han interpretado a veces como voces naturales. Aun así, están codificadas y poseen, como otros signos lingüísticos, propiedades fonéticas, morfológicas y sintácticas.
Las interjecciones constituyen actos de habla (§ 42.1.1). Como los demás actos verbales, no se usan para describir contenidos, sino para llevar a cabo acciones, tales como saludar, brindar, jurar, manifestar sorpresa, asentimiento o rechazo, entre otras muchas. Así, el que dice ¡Ay! no describe alguna sensación de pena, dolor o resignación, sino que expresa o manifiesta esas mismas emociones. De igual manera, el que dice ¡Chitón! no describe una orden, sino que la da.
Además de por interjecciones, los enunciados exclamativos pueden estar constituidos por locuciones interjectivas, grupos sintácticos interjectivos, onomatopeyas, grupos exclamativos, oraciones exclamativas y vocativos.
Las onomatopeyas no constituyen clases gramaticales de palabras; son más bien signos lingüísticos que representan verbalmente distintos sonidos, unas veces del mundo físico (bang, crac, pum, splash, ring, toc, zas) y otras propios de las personas (achís, je, muac) o de los animales (croac, guau, mu, pío, quiquiriquí). Aun así, algunas onomatopeyas asociadas a las personas, como chist, sh o pche, se asimilan a las interjecciones, pues denotan emociones o apelan al oyente para moverlo a la acción. La mayor parte de ellas, sin embargo, no expresan reacciones emotivas y, a diferencia de las interjecciones, no encabezan grupos sintácticos ni forman locuciones.
hay que señalar la relación que mantienen con cada una de las modalidades del enunciado que quedan distinguidas por el contorno de entonación. Este, en especial por su tonema final, separa los significados de aserción, interrogación y apelación. No se menciona el contenido de exclamación (reflejo del sentimiento del hablante) por cuanto puede asociarse a cualquiera de los otros tres; por ejemplo, se observa aserto exclamativo en ¡Qué mal lo pasamos!, interrogación exclamativa en Pero ¡qué dices?, apelación exclamativa en ¡Dilo ahora mismo! Las variaciones del verbo no son todas compatibles con las tres modalidades del enunciado. Con la interrogación, no pueden aparecer las formas cantes, cantaras, cantases, cantares, canta (tú): sería incorrecto decir ¿Cuándo vengas?, ¿Quién viniese?, ¿Cómo vinieras?, ¿Dónde estuvieres?, ¿Qué cantad? (aunque sí pueden aparecer dependiendo de otro núcleo verbal, como en ¿No te han dicho que vengas?, ¿Quién dijo que viniese?, ¿Cómo pensó que vinieras?, etc.). Con modalidad apelativa no se encuentran las formas cantas, cantabas, cantaste, cantarías. En fin, con la modalidad asertiva son compatibles todas las variaciones morfemáticas del verbo, salvo una, la del llamado modo imperativo, cuyo uso se restringe a la modalidad apelativa: Canta, Comed, Vivid.
