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STINE R L - La Novia Muerta.RTF
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27.08.2019
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Intentó empujar a Jonathan otra vez pero él la frenó con un golpe de hombro y la echó hacia atrás.

Ruby miró furiosamente a Jonathan y soltó un grito desgarrador.

- He estado encubriendo a Ruby durante todo este tiempo - dijo Jonathan, volviéndose hacia mí.

- ¡Calla! - gritó Ruby. Luego se dirigió a mí- : No te creas lo que dice. ¡Es un repugnante mentiroso!

- Ya estoy harto de mentir - dijo Jonathan en un arrebato de cólera- . Se acabó. No pienso encubrirte más, Ruby. No puedo seguir haciendo esto.

- ¡Cállate! ¡Te lo advierto! - amenazó Ruby.

- En enero quería romper con Louisa - explicó Jonathan, vigilando a Ruby de reojo- . Louisa y yo nunca nos habíamos llevado bien, siempre nos estábamos peleando. La traje aquí para decírselo Ruby y yo la trajimos aquí porque habíamos estado saliendo en secreto y se lo queríamos decir. Pero entonces

- ¡Basta ya! - volvió a amenazar Ruby- . Cierra el pico de una vez. ¿Por qué le estás diciendo todo eso?

- Empecé a explicárselo a Louisa - continuó Jonathan, ignorando a Ruby y mirándome a los ojos- . Le empecé a contar lo nuestro, pero entonces llegó Caleb en bici y yo me fui detrás de las rocas para hablar con él - dijo, señalando las rocas de granito- . Luego, mientras estaba charlando con Caleb, Ruby empujó a Louisa por la cascada.

Ruby me agarró del brazo y me zarandeó con fuerza.

- No le escuches, Annie. Todo eso es mentira.

- Ruby ¡Suéltame! - supliqué, retorciéndome para liberarme de ella.

- ¡Es mentira! - repitió Ruby, lanzando a Jonathan una mirada acusadora- . Has estado mintiendo a todo el mundo desde enero, incluso a ti mismo.

Pero Jonathan siguió ignorándola y hablándome a mí.

- Después de que Ruby matara a Louisa, me sentí asqueado. No podía soportar la mera presencia de Ruby, pero continuó insistiendo para que saliéramos juntos. Me sentía muy culpable, tan culpable que no quería volver a hablar con Ruby nunca más. Pero siguió acosándome, sin dejarme en paz.

- ¡Mentiroso!

- ¡Incluso hoy! - la acusó Jonathan- . ¡Incluso hoy me has seguido! ¡Déjame en paz, Ruby! ¡Déjame en paz!

- ¡Mentiroso! - rugió Ruby furiosa, y volvió a empujarle hacia el borde del precipicio- . ¡Tú mataste a Louisa! ¡Tú la empujaste, yo no lo hice! ¡Tú eres el culpable, admítelo!

- Jonathan, Louisa y yo estábamos aquí - dijo Ruby dirigiéndose a mí- . Cuando habíamos empezado a hablar apareció Caleb. Jonathan fue hacia las rocas para hablar con él, y Louisa y yo nos quedamos al lado de la cascada. Luego oí que alguien me llamaba y dejé a Louisa para dirigirme hacia el bosque y buscar a Jonathan. Cuando volví, Jonathan se encontraba en el borde del precipicio mirando hacia abajo, y Louisa ya no estaba allí. Estaba muerta.

- ¡Eso no es verdad! - protestó Jonathan- . ¡Yo no la empujé, fuiste tú!

En una explosión de rabia, Jonathan agarró a Ruby brutalmente por la cintura y la tiró al suelo. Ella se puso a chillar con todas sus fuerzas y empezó a golpearle con los puños.

- ¡Basta! - grité.- . ¡Basta ya!

Pero no me oían, y siguieron peleándose furiosamente en el suelo.

- ¡Basta ya, por favor! - volví a gritar.

Se acercaban peligrosamente al borde del precipicio, dan- do revolcones y sin dejar de pelearse.

Ruby le tiraba de los pelos y le daba puñetazos en la cara. Luego le golpeó el pecho con la cabeza.

Corrí hacia ellos, suplicándoles que pararan. Se encontraban ya a pocos metros del abismo.

- ¡Ya basta, por favor! - Mi voz se perdía en el rugido de la cascada.

Ruby le arañó la cara. Él soltó un grito de dolor mientras empezaba a brotar sangre de las heridas.

- ¡Basta, basta! - grité con voz estridente y desesperada. Jonathan agarró a Ruby por la cabeza y se la aplastó contra el suelo. Vi las manos de Ruby se agitaban desesperadamente en el aire mientras intentaba liberarse de Jonathan. Sólo estaban a unos centímetros del precipicio.

- ¡Basta ya, por favor! ¡Cuidado!

Habían perdido el control y no me oían. En esos momentos daban rienda suelta a la rabia, la culpabilidad y las sospechas mutuas contenidas durante varios meses.

Jonathan y Ruby se odiaban a causa del secreto que compartían, y ese odio estaba a punto de acabar con ambos.

- ¡No! - grité cuando Ruby consiguió desasirse de Jonathan y, en cuclillas, le empujó con las os manos hacia a cascada.

Me lancé hacia ellos e intenté agarrar el brazo de Jonathan, pero en ese momento él se giró bruscamente y sujetó a Ruby por las rodillas. Ella gritó y consiguió zafarse. Entonces Ruby, gruñendo de rabia, se abalanzó sobre Jonathan pero él fue más rápido y se volvió al suelo, rodando por debajo de ella.

Ruby cayó al vacío.

23

Ruby lanzó un chillido desgarrador mientras caía. No oí ningún impacto contra el agua ni contra las rocas del fondo. El ruido del agua lo ensordecía todo.

El agua continuaba brillando y fluyendo, como si no se hubiera cobrado una nueva víctima.

Jonathan se puso de rodillas, jadeando como un animal herido. La sangre le caía por la mejilla y tenía una mirada desorbitada y confusa. Sin acabar de ponerse en pie, miraba la cascada, incrédulo.

Ruby estaba muerta.

Se me inundaron los ojos de lágrimas y sentí la necesidad de correr hacia el precipicio para mirar abajo. Quería ver lo que le había pasado a la pobre Ruby, pero estaba paralizada y me costaba respirar. Tuve el repentino y loco pensamiento de que si miraba al borde del barranco y me concentraba, Ruby volvería a aparecer.

Cerré los ojos para detener el río de lágrimas que inundaba mis ojos. Cuando los abrí de nuevo, Ruby no había vuelto.

Allí sólo estaba Jonathan, respirando con dificultad, con la camiseta totalmente rota y sucia.

Lloraba sin poderme contener y me temblaba todo el cuerpo.

Jonathan se incorporó dificultosamente mientras yo estaba de rodillas, arropándome con los brazos. Me miró fijamente, con una mirada extraña y crispada, como si me odiara a mí también. Avanzó hacia mí con firmeza, con una expresión enloquecida y salvaje en el rostro y las mandíbulas apretadas. La sangre seguía deslizándose por su mejilla.

Me di cuenta de que era un asesino. «Ahora estoy sola, sola con un psicópata - pensé- . Mató a Louisa, acaba de matar a Ruby, y ahora vendrá por mí. ¡Levántate, Annie! - me dije presa del pánico- . ¡Levántate, por favor! ¡Vamos, levántate! »

Jonathan avanzó lentamente hacia mí, pero yo no podía moverme.

24

- ¿Jo- Jonathan? - tartamudeé. Se me heló la sangre mientras el ruido del agua seguía retumbando con fuerza en mis oídos.

Era un asesino y quería matarme. Tenía que escapar.

Chillando con todas mis fuerzas, me puse de pie de un salto, me di la vuelta y salí corriendo. Choqué contra Dawn.

- ¡Oh! - grité- . ¡Dawn!

Dawn venía corriendo por el sendero hacia mí.

- Dawn... ¡Gracias a Dios que estás aquí! - dije abrazándola y llorando con alivio.

- Ya no tienes que preocuparse - me dijo suavemente- . De verdad, Annie. Se acabó todo.

Dejé que me guiara hacia Jonathan, junto al borde del precipicio.

- Pero Ruby... - sollocé- . ¡Ruby ha caído por el barranco! ¿Lo has visto?

- Lo he visto todo, Annie - dijo Dawn, tratando de calmarme.

Jonathan se llevó las manos a la cintura y miró a Dawn con recelo.

- ¿Tú que estás haciendo aquí? - preguntó a Dawn con un desagradable tono de voz.

- Lo he visto todo - contestó Dawn- . Estaba detrás de las rocas y he sido testigo de todo lo que ha ocurrido.

- Quieres decir que... - empezó a decir Jonathan.

- He visto cómo Annie empujaba a Ruby por el barranco - dijo Dawn.

- ¿Qué? - exclamé sin dar crédito a mis oídos.

«¿ Había oído bien lo que acababa de decir?»

Me aparté de ella pero me impidió el paso. Entonces avanzó hacia mí, entrecerrando los ojos.

No tenía otra elección. Di un paso atrás, acercándome al borde de la cascada.

- He visto cómo Annie empujaba a Ruby - dijo Dawn a Jonathan.

- ¡No! - chillé.

- Después Annie intentó empujarte a ti también - dijo Dawn con toda tranquilidad, dirigiéndose únicamente a Jonathan- , pero dio un resbalón y cayó al suelo. - Dawn sonrió de un modo extraño- . Es una pena, ¿verdad? - le preguntó sarcásticamente- . Pobre Annie...

25

Al oír que Dawn mentía deliberadamente de aquel modo, se desvaneció el terror que sentía y la rabia se apoderó de mí.

- ¿Por qué me estás haciendo esto? - pregunté indignada- . ¿Por qué dices todas esas mentiras? ¡Sabes perfectamente que no es verdad!

Dawn soltó una carcajada.

- Pero si es verdad, ¿a que sí, Jonathan? - Se volvió hacia mí, apartándose el pelo que le caía en la cara- . Al menos eso es lo que Jonathan y yo le diremos a todo el mundo cuando hayas desaparecido, Annie.

Jonathan se frotó la mejilla manchada de sangre, se estaba secando y volviéndose oscura.

- No lo entiendo, Dawn - dijo Jonathan con calma.

El rostro de Dawn reflejó la frustración que sentía.

- ¡Tú no entiendes nada, Jonathan! - exclamó con agresividad- . Bueno, pues deja que te lo explique: ¿Por qué crees que he soportado al idiota de Caleb durante todos estos meses?

Jonathan permaneció en silencio y la miró a los ojos, frotándose la herida de la cara.

- No podía soportar a Caleb - dijo Dawn con rabia y casi escupiendo las palabras- , pero salí con él porque quería estar cerca de ti. - Respiró profundamente- . Después de matar a Louisa pensé que tú y yo...

A Jonathan y a mí se nos escapó un grito de horror y sorpresa.

- ¿Fuiste tú? - preguntó Jonathan con expresión afligida.

Dawn se echó a reír con amargura.

- Durante todo este tiempo, Ruby y tú sospechabais el uno del otro. ¡Qué bien me lo he pasado! Ha sido un espectáculo realmente divertido.

- Pero Dawn... - empezó a decir Jonathan.

Ella le interrumpió.

- Pensé que sólo quedaríamos tú y yo después de aquello, Jonathan. Pero tú ni siquiera sabías que yo existía, ni si- quiera después de que hubiera matado por ti. Primero Ruby no te dejaba en paz, y luego... - Dawn me dirigió una mirada de odio- . Luego llegó Annie, con su pelo rubio y su tipo perfecto. Intenté alejar a Annie de ti, lo intenté con todas mis fuerzas, pero...

«Ha sido Dawn desde el principio - pensé- . Fue ella quien rajó las ruedas de mi bicicleta, fue ella quien manipuló el teclado del ordenador e hizo todas aquellas llamadas amenazadoras. ¡Fue ella quien mató a Goggies! Está loca - pensé- . Está tan loca por Jonathan que fue capaz de matar por él, y está dispuesta a volver a hacerlo.»

- Ya basta de charla. Jonathan, despídete de Annie.

Contraje los músculos, preparándome para huir corriendo, pero Dawn era más rápida de lo que había pensado. Antes de que pudiera reaccionar arremetió contra mí como un jugador de rugby, y antes de que me diera tiempo a gritar, me vi cayendo por la cascada.

26

Quiero decir que en ese brevísimo instante de pánico total, me imaginé a mí misma cayendo por la cascada.

Lancé un grito de alivio y caí de rodillas en el borde del abismo al darme cuenta de que Dawn había fallado.

El agua rugía con fuerza a mis espaldas y el corazón me latía con furia. Estaba a salvo, sana y salva en tierra firme.

Levanté la vista y vi que Jonathan había agarrado a Dawn por las piernas. La había placado por detrás y le sujetaba la cara contra el suelo, inmovilizándola con las dos manos mientras ella se debatía violentamente.

Apareció una luz roja, luego azul, después roja otra vez. ¿Eran imaginaciones mías? No, miré hacia la luz intermitente. Se trataba de un coche de policía de Shocklin Falls. Dos poli- cías con uniformes negros corrieron hacia nosotros.

- ¡Tírame por el barranco! - gritaba Dawn a Jonathan, luchando desesperadamente para quitárselo de encima- . ¡Tírame por el barranco a mí también! ¡Sé que quieres hacer- lo! ¡Sé queme odias!

Pero Jonathan la mantuvo contra el suelo hasta que uno de los policías agarró a Dawn por los brazos.

- ¿ Cómo- cómo han llegado hasta aquí? - pregunté tartamudeando- . ¿Cómo han sabido que estábamos aquí? .

- Vuestra amiga - respondió sin mostrar la menor emoción.

- ¿Qué amiga? - le pregunté sin salir de mi asombro.

Señaló al fondo de la cascada. Avancé un paso hacia el borde y miré abajo. Había una ambulancia en la orilla del río.

- Ha tenido suerte - dijo el policía con voz monótona.

- ¿Ruby? - grité mirando con asombro cómo dos médicos colocaban a alguien en una camilla y la metían en la ambulancia.

- Sí. Se ha roto un brazo y algunas costillas pero se pondrá bien. Fue ella quien nos dijo que estabais aquí. Menos mal, ¿no?

Suspiré aliviada. Ruby se iba a recuperar. Cuando me di la vuelta, los dos policías metían a Dawn en su coche, mientras ella seguía debatiéndose furiosa.

- ¡Tírame por el barranco! - gritaba- . ¡Tírame por el barranco a mí también!

Jonathan se acercó a mí y me rodeó los hombros con el brazo.

- ¿Queréis que os llevemos a casa? - preguntó uno de los policías, sujetando la puerta del coche.

- No, gracias. Iremos en bici - contestó Jonathan.

- Aseaos primero un poco y venid después a la comisaría a declarar - dijo el policía. Se sentó tras el volante y cerró la puerta con fuerza.

Su compañero estaba sentado atrás con Dawn, que todavía gritaba y lloraba.

Unos segundos más tarde, el coche de policía se alejó.

Jonathan me rodeó con el brazo y me acompañó hasta las bicicletas, dando muestras de fatiga.

- ¿Y quién dice que en los pueblos pequeños nunca ocurre nada? - comentó.

- Creo que a partir de ahora este lugar va a ser mucho más aburrido - contesté.

- Espero que así sea - dijo él con voz pausada.

Luego dejó caer su bicicleta al suelo. Me rodeó con sus brazos y me besó.

Estaba sudoroso y sucio, con la cara manchada de sangre seca, pero apenas me di cuenta.

Le devolví el beso.

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